El mono tuvo que ser dormido con unos dardos tranquilizantes. Los quinquis posiblemente también.
(Visto en la espectacular http://albacete-fotos.blogspot.com/)
El mono tuvo que ser dormido con unos dardos tranquilizantes. Los quinquis posiblemente también.
(Visto en la espectacular http://albacete-fotos.blogspot.com/)
Amigos lectores, como ustedes ya deberían saber, y si no, para eso estamos, que quien suscribe y muchos de mis queridos e ilustres colegas -cuyos links pueden ver aquí al lado- comenzamos haciendo fanzines. Dibujando, escribiendo, maquetando, dirigiendo, imprimiendo, grapando, doblando, vendiendo y perdiendo dinero con los fanzines.
De los fanzines de Albacete podría hacerse una enciclopedia entera (de hecho, el Sr. Alberto López Aroca creo que ya la tiene escrita), pero valga aquí decir que en nuestra época dorada de Fábulas Extrañas, compartíamos estanterías con trece o catorce fanzines más. Algo inaudito, ciertamente. Luego nos hicimos mayores, pasamos a buscarnos los garbanzos, a los libros, a los blogs... Y dejamos que fueran las nuevas generaciones quienes se ocupasen del ocio y la cultura ¿underground? -odio la puta palabreja pero sé que ustedes me entenderán mejor-.
Pero hete aquí que en tanto nosotros nos convertíamos en adultos fanegosos, miopes y calvorotas, los jóvenes pasaban de los fanzines. A pesar de contar con lo último en tecnología, ordenadores de la hostia frente a nuestros 386, programas de maquetación profesionales, contra el Lotus Amipro y el corta-pega con tijeras y superglú, fotocopias láser a cuatro perras frente al toner matricial que requería de laca para fijarse al papel... la muchachada prefiere ocuparse de otros menesteres, o directamente trabajar cada uno por libre (qué es eso de una colaboración?) colgando sus polladas directamente en internet.
Un poco por esto y un poco por nostalgia, ganas de cachondeo y como excusa para juntarse a beber y cenar en el chino, nació el RETO FANZINE. Como su propio nombre indica, el desafío de parir un fanzine (que sólo quien lo ha vivido sabe lo complejo que puede llegar a ser) en un breve plazo de tiempo, pero además, y ésta es la gracia, reunirnos todos los autores/editores el mismo día a la misma hora para el intercambio. Una especie de convención fanzinera instantánea, que era algo que ni siquiera hacíamos en nuestros años mozos por aquello de que unos y otros éramos "competencia" o directamente "rivales". Gilipollas, más bien, pero ea.
2. El Reto Fanzine 2005-2007
La primera edición del RF se celebró el 23 de diciembre de 2005. Como homenaje a nuestro pasado, se celebró en el bar Triana, templo de publicaciones como Fábulas Extrañas y lugar de reunión de la flor y nata de nuestra facción fanzinera. Como bien señala la breve crónica aparecida en albaceteliterario.com:
"Esta primera convocatoria se ha saldado con el nacimiento de dos nuevos fanzines en la ciudad de Albacete: BARCACOLA nº 70-75 (que incluye poesía, narrativa, traducciones y el dossier Estamos en ésto sólo para figurar) y TRIQUI nº 1(que incluye breves, entrevistas, artículos, relato y poesía, etc)."
Por cierto que Barcacola traía como regalo Canciones del clavo, una plaquette (que dicen los que saben), o un librillo de poesía guarra de Jack Staple (alter ego poético de un servidor).
Como ven, todo de mucha risa. Hubo cerveza y gran regocijo. También fue cuando se instauró espontáneamente, creo, la subsiguiente tradición de culminar la jornada en un chino, circunstancia ésta que siempre acarrera deserciones de quienes tienen que trabajar al día siguiente, no gustan de las delicias orientales o su pareja no les deja salir a cenar con los amigotes.
Emocionados por el éxito de la primera convocatoria (incluso en las manchetas o staff de algunos podia leerse "para el Reto Fanzine 2005", lo cual es un orgullo) , llegó el siguiente año. Todo el mundo tenía proyectos y así se volvió a repetir la jarana de la fotocopia. Albaceteliterario.com, por sus características de página web con gran difusión y profusión de lectores, se autoencarga de la convocatoria. Por razones de calendario (aunque no recuerdo cuáles) se desplaza el día del certamen al 31, coincidiendo con el mítico café de la estación, en donde fanzineros, literatos, amigos y afines se reunían desde el Big bang fanzinero para despedir el año. Hoy en día no queda ni café, ni cafetería, ni estación en donde hacerlo. Días antes, y dado que yo no podía ir a la estación en esta fecha tan entrañable, por cuestiones de viajes y familas, presenté en sociedad el Barcacola nº2 en el Latino, junto al maestro López Aroca y su ad hoc Cuaderno de Bitácora del Matilda Briggs, unos artículos especializados en torno a Sherlock Holmes que casi le cuestan la salud y la cordura, y santaspascuas.
En 2007 el año siguió por los mismos derroteros, pero esta vez sí que la fecha y el día se acercan a sus orígenes, y así el día 21 el Triana acoge el tercer Barcacola, por portada azul y de regalo un facsimil del nº1 de mi primer fanzine de poesía CIZALLA, un nuevo (y hasta la fecha el mejor) Triqui nº3, más eruditos pastiches fanzineros de Sherlock Holmes de la mano de ALA, y la aparición sorpresa de Ventayovksi, fanzine pollitrónico y chorrifláustico de M. Ventayol que fue gratamente acogido.
La cosa iba bien... Los fanzines gozaban de gran calidad y algunos de ellos hasta traspasaban las fronteras del llano manchego, todo el mundo estaba contento (y más gordo por culpa del pato pekín) y entonces...
3. El pequeño hiato de 2008
No hubo. Sin más. Los problemas típicos de la vida adulta nos golpearon en los huevos con más fuerza que de costumbre y nadie se entretuvo en fanzines, así que nada. Los fanzineros también semos personas...
4. El resurgir.
Este año me negué a dejarlo correr. Por orgullo y dignidad, o por gilipollas, pero el caso es que hace una semana lancé la convocatoria. Lo curioso es que me ha abrumado la respuesta, y hasta emocionado, así que nada, a hacer fanzines (mejor con material inédito) y a ver qué pasa.
Sábado 26 de diciembre. Lugar y hora: cafetería Aqua, a las 19.30 horas, con posibilidad de cena en chino posteriormente.
Tres detalles: 1. Los fanzines no se regalan al público en general, salvo expresa indicación del autor. Los colaboradores son caso aparte. O se intercambian (pero no es obligatorio), o se pagan. 2. No es una competición. No se vota al mejor fanzine ni nada parecido. Es una reunión de amigos que recuperan el espíritu de hacer fanzines y beben cerveza. 3. Se ruega puntualidad. La gracia es que todo el mundo vea más o menos al mismo tiempo el producto de nuestros desvelos. Si llegas dos horas tarde, pues allá tú (lo mismo ni estamos ya).
Be seeing you!
Por cierto, y como bonus track, no dejen de leer el texto que a tal efecto ha preparado el también amigo y colega el señor Alberto López Aroca, que sintentiza la exposición a su genial manera.
Una delicia para estas Navidades. No se la pierdan...
Juntos, pero no revueltos hasta ahora, han dejado en nuestras retinas secuencias espectaculares, mil veces imitadas después. Por ello es de imaginar que esta película va a suponer un punto y aparte en el género (Stallone amenaza con convertirla en trilogía "y ya sabemos lo que le gusta a Sly hacer partes y partes de sus filmes" -Lundgren dixit-). Si promete lo mismo que John Rambo -ya está en marcha la quinta parte de la saga del veterano de Vietnam, por cierto- estaremos ante una cinta histórica.
Sylvester Stallone es el padre de todo esto, no en vano es el creador del héroe musculoso, sudoroso, que mata a todos los malos, es herido en un hombro, torturado, implacable, pero honrado y legal. Un director, guionista, productor y actor (como Eastwood) que empezó con pequeños papeles en la Serie B o directamente Z (La carrera de la muerte del año 2000), pero que alcanzó su sueño de fama y gloria con dos roles icónicos: Rocky y Rambo. Suya es esa gran obra maestra del género de tiros y palos como es Cobra, también imitada hasta la saciedad. Demolition Man, Juez Dredd... La lista de greatest hits de la explosión es interminable.
Arnold Schwarzenegger, el gobernador de California de apellido impronunciable (al menos hasta que a Miki Nadal le dio por llamarle El Chuache, en El Informal), es quien más y mejor cine de acción nos ha dado hasta la fecha. Soltó la espada de Conan para convertirse en la máquina de guerra perfecta en Terminator, y ya no dejó de apretar el gatillo, no hasta que se metió en política. Danko, Calor Rojo, Commando, Desafío Total... Se rió de sí mismo en El Último Gran Héroe, y suponemos que en cuanto acabe el mandato volverá a darnos alegrías. Aquellos que decían de él que era un madelman, recordarles que mató a un predator con sus propias manos.
Dolph Lundgren, el ruso de Estocolmo, famoso entre los de mi quinta por hacer de He-Man en Masters del Universo, pero también por encarnar a los tipos duros que repartían estopa en filmes como Red Scorpion, rodar en Hong Kong, la meca ochentera del cine de tiroteos y artes marciales, matar a Apolo y casi cargarse a Rocky. Lundgren posee la complexión arquetípica del culturista y cierta socarronería a lo Bruce Willis. Hizo pareja con Van Damme en la imprescindible Soldado Universal, película que ambos recientemente han retomado para hacer la segunda, tercera o cuarta parte (no está muy claro). Señalar que Dolph nunca ha dejado de trabajar y que fue el primer Frank Castle que se llevó al cine, con mejores resultados en cuanto a calidad que las dos versiones más modernas de Punisher de estos últimos años.
Y ya que hablamos de la gran esperanza belga, Jean-Claude Van Damme, señalar que este rey de los videoclubs renunció a The Expendables porque quería darle un giro a su carrera, pero si hubiera un Paseo de la Fama del Cine de Acción, su nombre sería el primero de la lista. Como su primo Lundgren, cogió el relevo de los anteriores machangos en los 90 y lo ha tocado todo, desde hacer de malo en subproductos de artes marciales, cine typical Hong Kong, batirse el cobre en EEUU, apariciones en películas independientes... Famoso por abrirse de piernas a lo espagat y por enseñar el culo en casi todas sus cintas; sus títulos forman casi un género en sí mismos: Retroceder nunca, rendirse jamás, Contacto sangriento, Kickboxer, Doble Impacto, Sin escape (ganar o morir), Blanco Humano (de John Woo), el clásico de la ciencia-ficción leñera Timecop: Policía en el tiempo y así hasta JCVD, obra maestra donde las haya donde se ríe de sí mismo, de su vida y sus papeles.
También tenemos en este cuadro de honor a Bruce Willis, que pasó de ser un detective graciosillo y edulcorado en la serie Luz de luna a partirse la cara en camiseta de tirantes y sin zapatos en la madre de todos los tiroteos La jungla de cristal. Willis tiene una sólida carrera y el prestigio que sus compañeros de armas no han conseguido, quizá por saber compaginar proyectos o por pura suerte. El caso es que cualquier película con Willis gana un punto en calidad (hasta las comedias románticas o cosas como The Kid). John McClaine ya forma parte de nuestro imaginario, y aunque nuestro calvo de oro salvó al mundo en Armageddom, lo cierto es que nunca olvidaremos a nuestro poli de Nueva York en sus distintas aventuras (y hasta en la jungla apócrifa que es El último boy scout).
Con Willis coincidió en Sin City Mickey Rourke, tan desastroso en su vida como en su filmografía. Aunque no entra dentro de la clase de héroe al que estamos acostumbrados -demasiados demonios interiores-, lo cierto es que últimamente está dejando buenos títulos, como la mencionada cinta del binomio Miller-Rodríguez. En general, ha sido más dado a hacer de malo en películas de narcotraficantes.
Otro que tal baila es Stevel Seagal, ahora sin coleta y gordo como si a los cincuenta años hubiera descubierto el tocino. Sigue repartiendo estopa, pero ahora a cámara lenta. No hay que olvidar sus grandes éxitos como Difícil de matar, En tierra peligrosa, Buscando justicia, o su mejor papel en ese sursum corda de las hostias que es Alerta Máxima. Ahora se dedica a hacer de policía para un reality en un pueblo del medio oeste. Stallone lo ha recuperado para su filme, por lo menos para que dé algún consejillo ecológico, y quizá, reparta alguna tollina.
Echamos de menos al todopoderoso Chuck Norris y su no menos omnipotente patada voladora. Desde que se hizo ranger de Texas está desaparecido de las pantallas. Norris se partió la cara con Bruce Lee, y protagonizó obras maestras de la Cannon como Los valientes visten de negro, Fueza 7, Invasion USA y la inolvidable (porque no dejan de repetirla en las televisiones) saga de Braddock, desaparecido en combate.
En el cast de The Expendables también encontramos a Jet Li, posiblemente el mejor artista marcial después de Lee, y con permiso del inconmensurable Jackie Chan, aunque últimamente se ha prodigado poco en producciones americanas. Desde su aparición en la última parte de Arma letal, el bueno de Li estaba llamado a llenar el hueco que el GRAN Chow Yun-Fat, por edad, había dejado libre, pero no ha sido del todo así. Y es que es muy difícil superar el dúo John Woo-Chow Yun-Fat. De hecho, merecen un artículo aparte. Sólo señalar que, gracias a estos dos, desde A Better Tomorrow, el cine de acción jamás volvió a ser el mismo.
Y luego está Jason Statham, el action hero del siglo XXI. Insuperable combinación de todos los anteriores. Lo descubrimos gracias a Guy Ritchie hace diez años y no ha dejado de sorprendernos. Con carisma, físico y esa belleza ruda que atrae a las féminas, lo mismo lucha a lo kung fu que conduce un mercedes a toda pastilla, que dispara cien balas por segundo. Sus personajes de las sagas Transporter y Crank se nos han quedado pegados en la retina y nos garantiza que tendremos películas de acción para rato.
Disparos, explosiones, lo justico de diálogo, cuerpos hiperanabolizados, y decenas de muertos saltando por los aires han sido, y son las constantes de una cinematografía que ha hecho las delicias de mayores y pequeños durante casi tres décadas. En conclusión, el género de acción no ha muerto, aunque tengan que venir unos cincuentones a resucitarlo.
Les dejo el enlace con las fotos a gran resolución para que se mueran, como yo, de envidia, y de paso jueguen a descubrir los titulos que este buen hombre tiene en esa peazo de biblioteca para compararlos con los suyos (los tiene ordenaditos por orden alfabético y todo). Yo lo he hecho y he llegado a dos conclusiones:
a) a todos los tontos nos da por lo mismo...
b) La inmensa mayoría de los libros que tiene Neil Gaiman son, a juzgar por las fotos, ediciones en rústica, de las baratas (algunos hasta me apostaría a que son de segunda mano).
Por supuesto, también les recomiendo que se pasen por las webs antes mencionadas por aquello de expandir conocimientos y aumentar la frikisfera.
He visto mucho catastrofismo al respecto, también mucha mojigatería sin fundamento, así que voy a compartir mis impresiones con ustedes, amigos lectores, e intentaré ser breve, aunque en verdad el tema da como para extenderse de lo lindo.
Lo primero, los aparatos en sí. Comencemos por el precio: hoy por hoy son caros, muy caros. Del orden de 300 euros, lo que supone un disparate por mucho que nos los quieran vender como que es el equivalente a quince libros. Pero la tecnología sabemos que se abarata con el tiempo, es cuestión de esperar a que los chinos se pongan manos a la obra y empiecen a producir chismes de estos a destajo. Como pasó con los reproductores de MP3, de DVD o los codificadores de TDT. Hasta la Play 3 baja de precio.
Sobre modelos, las tendencias son dos y están bastante claras: con Kindle o contra Kindle. El lector de Amazon se ha convertido en el ipod de la lectura digital. Como el producto de Apple, basa su éxito, digamos, en la exclusividad. Si usted es de los que se ha gastado un pastón en el reproductor MP3 de la manzana se comprará Kindle; el resto de los mortales tiraremos para aparatos con formato universal, clavijas normales y acceso libre. Kindle es esclavo de su propia naturaleza, esto es, una prolongación de Amazon, que es una tienda, para comprar y leer los libros de su catálogo. Que sí, que cada día se incrementa la oferta de textos en español, hasta ahora paupérrima, y que los nuevos modelos ya admiten más formatos, pero yo no quiero casarme con una tienda online americana. Lo sucedido con los libros de Orwell me dejó un mal sabor de boca; quién me asegura que no puede volver a repetirse. (para entender a qué me refiero pincha aquí).
Y lo mismo digo para otros ebooks que están montado librerías o editoriales en EEUU e Inglaterra, que sólo puedes leer cosas de su catálogo. Esto, a la larga, no funciona.
Luego está el desbarajuste actual, donde, aunque usted no lo vea reflejado en su tienda de electrodomésticos, el mercado bulle de modelos con más y más chorradas, con todos los problemas de incompatibilidades que esto supone, y el cacao mental a la hora de decidirte por comprarte uno: con dos pantallas, con mp3, con wifi, a color...
Comprar libros: Yo no pienso comprarle libros a Amazon. Su supuesta ventaja de que no necesitas un ordenador para bajarte los textos será muy cojonuda en su país de origen, pero aquí no lo veo. Si descargar una mierda de politono para el móvil te cuesta ya tres euros de media, imaginen qué te pueden sacar por una novela de 800 páginas. Aquí se funciona con ordenador. Te lo bajas y lo pasas al ebook por bluetooth (cuando se lo instalen a los aparatos) o por usb.
Lo de registrarse tampoco gusta. Como bien me señaló el señor ALA al respecto “una cosa es hacerte una cuenta en Amazon, pues tienes que dar una dirección física y tal para el correo, y otra es que tú tengas tu Paypal y unos cabrones quieran conocer información de ti más allá de dicha cuenta”.
Pero el verdadero problema radica en los precios. Los editores, no sólo los españoles, que andan en la parra con este tema, pretenden cobrar los libros digitales al 50% de la edición impresa, más o menos. Estamos hablando de alrededor de 15 euros. ¿Usted pagará esta cantidad? Usted no quiere pagar nada, en realidad, pero por esta cifra se lo compra en papel que da más prestancia y caché. Vamos, no jodan. Por mucho DRM y códigos encriptadores y formatos absurdos que editores y distribuidores instalen, los textos acabarán por ahí colgados de forma gratuita, así que pónganle un precio ridículo, que dé vergüenza no pagar. 1 Euro 1 libro. Es mejor ganar poco que nada, se lo digo yo. Y además, piensen en lo que se ahorran respecto al formato impreso. El mercado discográfico sigue sin verlo claro, tampoco el audiovisual, pero el tema está ahí. La gente quiere cosas gratis (joder, si hasta pirateamos el wifi del vecino!), y quizá el negocio esté no en ofrecer contenidos a cero euros no, pero casi. Que las editoriales se hundirán. Pues ea, señores. También cayó la minería de carbón, las persianas de madera, la colchonería de lana o la construcción. Es lo que tiene la evolución. La industria debe renovarse o perecer.
Pero es más, piensen que el autor puede tratar directamente con el lector. Ya no es que se salte al distribuidor, sino que hasta el editor, como lo conocemos, las va a pasar canutas, y los negocios de autoedición, tipo lulu, bubok y tal, condenados a la extinción en cuanto el ebook se generalice. A poco que uno sepa algo de maquetación, o salga el programa que lo haga por ti, zasca!
Respecto a formatos, repito que los exclusivistas están condenados a muerte. Si lo que buscan es que los ebooks se parezcan,o más posible a un libro, y que el lector tradicional se pase al digital, no puede admitirse que no puedas intercambiar lo que legalmente has comprado. Los libros se prestan, se regalan. De nuevo el miedo a la piratería justifica estas mierdas, pero, señores editores, la “piratería” existirá siempre, aprendan a convivir con ella de una vez y se ahorrarán disgustos y hasta perras.
Parece que se imponen el pdf y, sobre todo, el epub como el equivalente al MP3 en la música. El primero ya saben lo que es. Es fácil, accesible, barato (apenas hay que maquetar, por ejemplo).. Su principal inconveniente es su rigidez. Los ebooks funcionan mejor con texto “elástico”, es decir, texto que pueda agrandarse, encogerse, rotar, sin que pierda la estructura del párrafo. DE esta necesidad surge el epub, un formato que en realidad es un archivo comprimido (como el de comic CBR) donde el texto viene, por decirlo de alguna manera, en formato “página web”. Es el formato preferido por los rivales de Kindle. Ocupa poco pero la edición necesita algo más de miga. Hasta donde yo he visto, con una buena definición de los estilos de texto en word y guardando como html o xml está medio camino hecho. Ya hay programas que convierten un texto a casi cualquier formato, y con el tiempo los habrá más y mejores.
¿Son estos formatos los definitivos, los más adecuados? ¿Lo es el MP3? Estamos como siempre, triunfará el que primero sea más sencillo y gratuito. O el que usen los chismes de 50 euros, ese que debería venderse en breve en las citadas tiendas de electrodomésticos (o en las librerías, por qué no).
Por último, la nostalgia del papel. He creído vislumbrar en los editores, que se juegan aquí los garbanzos, un cierto movimiento antidigital invocando al sentimentalismo respecto a la edición impresa. Cierto es que un libro en papel se disfruta con los cinco sentidos, pero eso no quita para que también lo haga uno digital.
Los ebooks no están aquí para luchar contra el libro clásico, sino para complementarlo, igual, el referente es constante por evidente, que el MP3 no ha eliminado el cd ni el vinilo. Mis discos favoritos los tengo en estos últimos formatos, pero eso no quita para que guarde alguna discografía completa en un pendrive.
Las ventajas del papel digital respecto al impreso es la comodidad (puedo leer un libro de a kilo de Stephen King al peso de una novela de bolsillo y donde quiera). La inmediatez, a la hora de adquirir las novedades -quiero un libro y lo quiero ya-, y de consulta, si quiero contrastar datos en la Espasa en el autobús. La posibilidad de adquirir textos descatalogados, rarezas que ni se plantean salir impresas pueden estar al alcance de cualquiera.Las editoriales deberian ponerse las pilas e ir diseñando un catálogo amplio, accesible, y barato, que rebose información del texto y del autor, para atraer al cliente.
El ahorro de espacio, en estos tiempos de casas de protección oficial de 30 metros cuadrados, es importante. Disponer de una biblioteca virtual en el bolsillo es un avance agradecido. Las librerías ni te cuento.
Imagine que su hijo va la colegio con uno de estos chismes. O a la universidad. Todos los libros de texto, los apuntes, la bibliografía, lista para consultar e imprimible.
Las posibilidades son infinitas.
Hay mucho por solucionar, pero se está trabajando en ello. He leído acerca de 2018 como fecha de implantación "universal" del ebook. Puede que sea antes, lo que está claro es que esto no es futuro, sino presente, y hay que estar atento.
Desde hace unas semanas, la página albaceteliterario.com ha dejado de existir, y con ella toda la información asociada a esta web (fichas de autores, críticas, noticias,etc.). También, no sé si como daño colateral, se ha esfumado la página personal de Alberto López Aroca (que no su blog). Por suerte, arrebuscando en el caché de google he recuperado el interesantísimo texto del señor ALA relativo al protagonista de La Saga de la Ciudad Oscura que paso a (re)poner a disposición del público.
ACERCA DEL INSPECTOR SERRANO
por Alberto López Aroca
Aunque mi buen amigo Juan García Rodenas insiste en lo contrario, tengo buenos motivos para creer que el personaje del Inspector Serrano, debido a su pluma (o sus teclas de ordenador, vamos), no es tan ficticio como quiere hacernos pensar.
Veamos.
En algunas ocasiones, Juan ha intentado colarnos a nosotros, sus lectores, algunas historias completamente falsas por ciertas. Es el caso de El que Camina entre Nosotros, publicado en 2001. Esta obra era una de las enésimas reescrituras de uno de sus relatos, titulado originalmente El nombre de Verónica. El texto (y creo que también, en alguna parte de la cubierta) contenía algunas notas del autor donde nos explicaba que la historia estaba basada en hechos reales, y que la documentación que se adjuntaba -declaraciones por escrito, textos legales y policiales- era auténtica. Cualquier lector se daría cuenta en su momento, y también ahora, de que aquello era un fraude.
Esto es sólo un ejemplo, claro.
Y luego están las historias del policía más misterioso de nuestra literatura, el inspector Serrano.
Tengo fundados motivos para creer que Serrano existe, al igual que el señor Philip José Farmer, de Peoria (Illinois), tiene buenas razones para creer que John Clayton, Lord Greystoke, más conocido como Tarzán, existe. De hecho, Farmer tuvo ocasión de entrevistarse con él en 1972. El señor Farmer asegura que Edgar Rice Burroughs se vio obligado a disfrazar la identidad y los hechos concernientes a este "Lord Greystoke" en sus novelas sobre Tarzán de los Monos. Los estudiosos holmesianos y sherlockianos juegan a algo muy parecido (algunos con desaforada fe) con los textos de Arthur Conan Doyle dedicados al señor William Sherlock Scott Holmes, el primer detective consultor de la historia. Estos investigadores aseguran que Conan Doyle no era otra cosa sino el agente literario (y quizá, corrector de pruebas) del doctor John H. Watson, cronista del Gran Detective. (Como ya apunté en otro lugar, no estoy de acuerdo con esta teoría: pienso que la labor de Doyle fue mucho más importante, pues fue él quien redactó los cuentos y las cuatro novelas sobre Holmes; Watson se limitó a esbozar las historias a partir de sus múltiples cuadernos de notas. Ya el mismo Holmes se quejaba de la escasa calidad de los escritos de su buen amigo, cosa que no hubiera hecho de haber leído los relatos de Doyle, de indudable calidad).
Los lectores de las aventuras de Serrano han disfrutado con estas historias de Juan García desde que en 1995 vio la luz Ácido Fórmico. Estoy seguro de que nadie se ha cuestionado la posible realidad de los hechos que narra, y mucho menos la existencia de Serrano. Juan ni siquiera se ha molestado, como hizo con El Que Camina Entre Nosotros, en intentar vender la moto del ya clásico "basado en hechos reales", aunque ha demostrado sentir cierta debilidad por esa pantomima. Yo me pregunto: ¿cómo es posible que no haya obrado del mismo modo con su personaje más célebre?
Por si alguien ha tomado una idea equivocada, le sacaré de dudas: no existe ningún agente de la Policía Nacional de nuestro país que esté especializado en temas paranormales, que resida en Albacete, y que además se llame "Serrano".
Porque su nombre es otro.
Hasta la fecha, en lo que en adelante llamaremos "El Canon de Serrano", Juan García ha facilitado muy poca información sobre la historia personal del personaje. Sin duda, no le habría supuesto ningún esfuerzo referirse a su familia, sus orígenes, etc, cosa que habría aportado todavía más verosimilitud a sus historias. ¿Por qué el autor ha preferido adoptar una pose estética mucho más cercana al pulp, a las contradictorias novelas de Tarzán y Doc Savage, a las recurrentes incongruencias del Canon holmesiano? Precisamente por la misma razón que Burroughs, Dent y Doyle: porque el inspector Serrano está basado en una persona (que no un personaje) real como la vida misma, y al menos parte de las historias que Juan García cuenta sobre él, son ciertas, y lo más importante, susceptibles de permanecer en el más estricto de los secretos.
Una técnica clásica de desinformación, utilizada por todos los gobiernos del mundo desde hace siglos, es la de desacreditar hechos reales. El caso más escandaloso, tanto por su magnitud moral como por la temporal, es el de los contactos con seres extraterrestres a lo largo de nuestra Historia. Existen docenas de obras "de ficción" que relatan hechos reales increíbles, y que por ello mismo han pasado a la posteridad como novelas de fantasía e imaginación. (Estoy pensando, sobre todo, en la invasión marciana que tuvo lugar hacia 1899 en Inglaterra, que el señor H.G. Wells, quizá por orden del gobierno británico, representado por Mycroft Holmes, se encargó de exagerar y enmarañar en una novela).
El caso de nuestro inspector Serrano es semejante, y por algún motivo, Juan García Rodenas ha sido el encargado de "ficcionalizar" una serie de acontecimientos trascendentes, censurados y eliminados de los medios de comunicación, y ahora reconvertidos por la pluma de un escritor en hechos enteramente falsos. Cualquier testigo de los hechos narrados en La Saga de la Ciudad Oscura (por poner como ejemplo el texto más extenso del Canon de Serrano) quedaría ridiculizado por completo si declarara que alguna de las historias reflejadas en esas novelas de aventuras y entretenimiento es cierta.
No obstante, y aunque el autor se ha curado en salud, eludiendo hábilmente fechas y trastocando los nombres de algunos lugares, así como el de los actores, un lector sagaz puede desentrañar ciertas verdades si estudia atentamente estas "novelas de a duro".
Así, podemos decir que el falso apellido de "Serrano" (cuyo nombre de pila, por cierto, Juan García nunca menciona) es en realidad una clave escogida cuidadosamente para indicar la verdadera relación de este excepcional agente con el Estado español. Creemos que se debe a la figura de Ramón Serrano, ministro de Prensa del régimen franquista, y cuñado del Generalísimo. Conociendo la política secretista del dictador, no nos extraña que pusiera en manos de uno de sus hombres de mayor confianza el control sobre los medios de comunicación... y probablemente, la responsabilidad sobre las actividades encubiertas de la OCE (Oficina para la Conservación de las Especies) en España. ¿Qué mejor nombre que el del responsable del filtro informativo para encubrir a un individuo que, en cierto modo, posee en parte sus mismos atributos?
(Entrando en el especulativo y cenagoso terreno de la mitología creativa, podríamos establecer una genealogía que emparentara de forma directa al inspector con el ministro Serrano, pero siempre nos quedaría la duda de quién fue en verdad su señora madre... a no ser, claro está, que Juan García nos diera esa información).
Ya desde un principio, el autor realizó un intento de ocultamiento bastante obvio cuando, en las primeras historias de Serrano, lo llamaba teniente, una graduación que no existe en la Policía Nacional de nuestro país. Juan García ha hablado después de "un error técnico" que acabó por subsanar, pero nosotros no lo creemos así. En realidad, García Rodenas pecó de "exceso de celo" en su afán de ocultamiento, hasta el punto de que esas primeras ediciones (hoy inencontrables y desaparecidas, por algún extraño motivo) resultaban sospechosas... Sólo podemos suponer que "alguien" llamó la atención del autor sobre este punto y le pidió -quizá de modo expeditivo- que no adornara innecesariamente sus "ficciones": la realidad es, en verdad, bastante increíble por sí misma.
Recomiendo a los lectores aficionados a la serie negra, el terror, la fantasía y el misterio que se detengan a leer las aventuras del inspector Serrano. Estoy seguro de que, si no ahora, en el futuro habrá quien se aventure a desvelar las medias verdades ocultas tras ese pesado telón rojo que tanto le gusta a David Lynch, y que Juan García levanta, con cierto esfuerzo, aunque sólo sea un poquito, para que podamos vislumbrar los horrores verdaderos que se encuentran al otro lado.
Copyright © 2006 Alberto López Aroca. Reservados todos los derechos
A) Las petroleras (1971). Indudablemente, no es una película que guste de ver por la trama, sino por BB y CC (y sus escotazos), el summum de la belleza franco-italiana.
Vs
B) Dos pistolas gemelas (1966). O Pili y Mili en el oeste. Una muestra del niñoxplotation tan típico de nuestra España cañí.Atentos al cartel, con las dos excelsas gemelas con la puntica del revólver en la boca. Toda una declaración de intenciones que ni el mismisimo Tarantino podría resistirse a copiar un día destos.
* Nota Imbdesca: Este Sean Flynn que acompaña al dúo dorado murió en Vietnam, en la guerra sí, Echen un vistazo a su ficha aqui.
Pero tampoco es que las opciones que nos ofrecen inviten a cambiar de vehículo. El servicio de autobuses, con las notables mejoras de los últimos tiempos, sigue siendo lento, en buena medida por culpa del exceso de utilitarios. En cuanto al uso de la bicicleta, que en Albacete debería ser el medio estrella, queda relegada al uso de los Tony Domiguers que pasean por el parque Lineal o La Pulgosa, y unos pocos temerarios que se atreven a irrumpir en la vorágine circulatoria, poniendo en juego su pellejo, puesto que montar en bici supone enfrentarse al desprecio de los conductores, al generalizado mal estado de las calles, a un discontinuo y desaprovechado carril bici urbano (que sólo ha servido para eliminar plazas de aparcamiento) y, claro está, a los amigos de lo ajeno que, cizalla en mano, no dejan candado ni cadena a salvo.
Los talleres sobre movilidad y educación vial realizados esta semana se han centrado en los más pequeños, y eso está muy bien, pero es necesario, si queremos pasar de la anécdota y tener una ciudad accesible, extenderlos a los adultos, y apoyarlos desde los distintos ejecutivos con medidas efectivas y reales. Si no, aparca y vámonos.
Foto Raúl Moreno
El Pueblo de Albacete 28-09-2009
Miro mi prominente barriga cervecera -aunque ahora los científicos dicen que la birra no es la culpable de este monoabdominal-, miro el bol y miro su culo de vuelta a la cocina y pienso que a las tres de la mañana me despertarán los ronquidos de mi estómago, declarado en rebeldía. La entrepierna rebatirá la cuestión y la cabeza permanecerá al margen, porque con hambre no puedo pensar ni tomar decisiones.
Curiosamente, ella no se mete con lo que desayuno ni con lo que como, así que puedo hartarme de tostadas, magdalenas, churros... y al mediodía, cocidos, macarrones, huevos fritos... Lo que me dé la gana. Sólo quiere que cene con ella estos asquerosos cereales integrales de cartón. Pero ni siquiera me lo ha pedido, una noche me los plantó delante -con unos pantaloncitos cortos, muy muy cortos y ajustados-, y hasta hoy.
Si por lo menos pudiera remojarlos, en leche, o en bourbon, yo qué sé, pero no. Agua, como mucho, para hacerlos bajar por la tráquea. Lo peor es que fui yo quien compró la primera caja de esta bazofia, no sé por qué, por probar. Quizá ella lo interpretó entonces como una indirecta -dios me libre- y ésta es su forma de vengarse. O un castigo por materialista, machista y sátiro. El caso es que ella se los come, sentada en el sofá, con su sonrisa y su culo a mi lado, ante el televisor. Pero mi bol es más grande, lo compré pensado en el tigre, la rana y el mono, no en esta K roja en cursiva, y ahora toca joderse y tragar. En todos los sentidos. ¿Tiene sentido sacrificar la cena tanto por unas nalgas prietas?, me cuestiono a veces, entonces ella se vuelve hacia mí, con un ademán de afecto y su abultada camiseta de tirantes, y en ese momento, el que sonríe mientras mastica soy yo.
Julián Cañizares ha vuelto a conseguir lo imposible, sacar su revista de poesía. Esta última edición de Ayvelar sorprende por su cambio de formato, su estilo y su concepto. El grandísimo esfuerzo de Cañizares ha merecido, en mi opinión, la pena pues ha conseguido una obra coherente y de calidad, conceptos ambos muy difíciles de alcanzar en algo tan heterogeneo como una revista (con más de cien autores). A ello ayuda, y cómo, las inquietantes lustraciones de Alicia Gómez, que se conjuntan a la perfeccción con los textos. Un desorden ordenado, reflejado en la portada de Vidal, que hace de Ayvelar 17 una obra imprescindible para cualquier interesado en la poesía actual de la buena.
Encima es barata.
Y si les interesa mi parte lírica, pues ahí me tienen.
O lo que es lo mismo, Alberto López Aroca y su seguro servidor, con LA ARMADURA PRÓDIGA y LA SAGA DE LA CIUDAD OSCURA-III, el 26 de junio en la Librería Estudio en Escarlata, a las 19.30. Allí acudiremos prestos y (probablemente) sudorosos para departir de nuestros libros, personajes, historias y lo que haga falta. Es de suponer que también iremos a algún bar, pero sólo con ánimo literario.
Para más información sobre estas magnas obras de la literatura pulp hispana, les remito al bloj del señor López Aroca, o a este mismo para que trasteen por los diversos enlaces que hay. Merece la pena conocer de qué va la Armadura Pródiga (si hasta pueden leer cómo empieza!) y qué es el Albertoverso, y de mí no les voy a contar nada que ustedes nos sepan o puedan vislumbrar en la última entrada del ínclito Alberto.
PD: El gráfico anterior les ayudará a identificarnos cuando andemos por la capital del reino.
La mayoría de la gente no admite que algo puede pasar sino hasta después de que ha pasado. Eso no es estupidez ni debilidad, es sólo la naturaleza humana. No culpo a nadie por no creer. Y no me considero mejor ni más listo que ellos. Supongo que todo se reduce a un simple accidente de nacimiento. Sucede que yo nací dentro de una sociedad que vive con un constante temor a extinguirse. Es parte de nuestra naturaleza, parte de nuestro estado mental, y hemos aprendido a través de muchos errores y ensayos a estar siempre en guardia.
El primer aviso que tuve de La Peste fue a través de nuestros amigos y clientes en Taiwán. Llamaron a quejarse de nuestro nuevo software de decodificación de mensajes. Aparentemente había presentado fallas al descifrar unos e-mails de sus fuentes en la República Popular, o al menos los había descifrado tan mal, que el mensaje resultaba incomprensible. Sospeché que el problema no debía estar en el software, sino en los mensajes como tal. Los rojos del continente… supongo que ya no los llamaban rojos… ¿pero qué espera de un viejo como yo? Los rojos tenían la mala costumbre de usar muchos tipos diferentes de computadores, de distintos países y generaciones.
Antes de sugerirle esa solución a Taipei, pensé que sería una buena idea revisar yo mismo los mensajes. Me sorprendió ver que los caracteres estaban claramente decodificados. Pero el texto… tenía que ver con algún tipo de virus que primero eliminaba a la víctima, y luego reanimaba el cadáver como algún tipo de animal furioso y homicida. Por supuesto, no creí que eso fuese literal, especialmente porque unas pocas semanas después, estalló una crisis en el área de Taiwán y todos los mensajes sobre cadáveres reanimados dejaron de llegar. Sospeché que había una segunda capa de encriptación, un código dentro de otro código. Era un procedimiento normal, que se remontaba incluso a los primeros días de la comunicación humana. Por supuesto que los rojos no podían estar hablando de cadáveres reales. Tenía que ser algún sistema nuevo de armas, o un plan de guerra ultra secreto. Dejé el asunto ahí, y traté de olvidarme de él. Sin embargo, como uno de sus grandes héroes nacionales solía decir: “Mi sentido arácnido me alertaba.”
(...)
Guerra mundial Z. Max Brooks
Cuando empezó, se quedó perplejo: la noticia del día era la «epidemia de supergripe», como la llamaban ahora, pero los locutores de ambas emisoras dijeron que ya estaba siendo dominada. En el Centro de Control de Epidemias habían elaborado una vacuna, y a comienzos de la semana siguiente los ciudadanos podrían conseguir que su médico se la administrara. Al parecer, los brotes eran graves en Nueva York, San Francisco, Los Ángeles y Londres, pero los estaban conteniendo en todas partes. En algunas zonas, agregó el locutor, se habían cancelado temporalmente las reuniones públicas.
En Shoyo, pensó Nick, toda la ciudad había sido cancelada. ¿Quién engañaba a quién?
Al final, el locutor dijo que seguían restringidos los viajes a la mayoría de las grandes áreas urbanas, pero la situación se normalizaría apenas se contara con suficiente vacuna. A continuación pasó a ocuparse de un accidente de aviación ocurrido en Michigan y de algunas reacciones en el Congreso ante el dictamen del Tribunal Supremo sobre los derechos de los homosexuales.
Nick apagó el televisor y salió al porche. Allí había un columpio y se sentó en él. El movimiento de vaivén resultaba relajante, y no podía oír los chirridos del herrumbre, pues John Baker se había olvidado de engrasarlo. Se quedó mirando las luciérnagas que formaban irregulares festones en la oscuridad. Se percibían relámpagos entre las nubes allá en el horizonte, haciéndolas asemejarse a monstruosas luciérnagas del tamaño de dinosaurios. La noche resultaba pegajosa y agobiante.
Como para él la televisión era un medio exclusivamente visual, había notado algo que quizá pasó inadvertido a los demás: no habían proyectado anuncios de películas, ni resultados de béisbol. El informe meteorológico fue vago, sin un mapa que mostrara las variaciones... como si la Oficina Meteorológica de Estados Unidos hubiera cerrado sus puertas.
Los dos locutores le habían parecido nerviosos y ofuscados. Uno de ellos tenía un resfriado. Tosió una vez frente al micrófono y pidió disculpas. Y ambos habían mirado nerviosamente a derecha e izquierda de la cámara, como si hubiera alguien más en el estudio, alguien encargado de vigilar que no se extralimitaran.
(...)
Apocalipsis. Stephen King
Bueno, pues parecía que no pero al final sí, así que... Queda convocada la 19 edición de nuestro Reto Fanzine para el VIERNES 29 de diciemb...