miércoles, 25 de noviembre de 2009

Groenlandia en Albacete

Pues sí, amigos lectores, el próximo día 1 de diciembre y hasta el 6 de enero el Museo Municipal (antiguo ayuntamiento) acoge la exposición fotográfica de mi compañero de fatigas periodísticas y aún así amigo Raúl Moreno. KALAALLIT NUNAAT, El País de las Sombras Largas.

No dejen de ir a verla, que merece la pena, y como muestras les dejó aquí el vínculo a la web del autor y la muestra para que vayan abriendo boca.

Por cierto, y como bonus track, no dejen de leer el texto que a tal efecto ha preparado el también amigo y colega el señor Alberto López Aroca, que sintentiza la exposición a su genial manera.

Una delicia para estas Navidades. No se la pierdan...

jueves, 12 de noviembre de 2009

Las viejas glorias resucitan el cine de acción

Publicado en Ínsula, suplemento cultural de El Pueblo de Albacete, 12-11-2009)

Aunque queda más de medio año para el estreno de The Expendables (agosto de 2010), las expectativas creadas ante lo que se nos figura como la película de acción definitiva son tan grandes que merece pararse un poco a admirar el trabajo de quienes figuran en ella: Sylvester Stallone (dirección y guión), Jason Statham, Jet Li, Dolph Lundgren, Mickey Rourke y cameos de Bruce Willis, Arnold Schwarzenegger y Danny Trejo.

Un plantel, como se ve, lleno de héroes de acción, que aprovechando el tirón nostálgico de los 80, y la falta de vergüenza de sus protagonistas, lo tiene todo para triunfar en las carteleras. Estos mazas sin miedo a encasillarse son los mejores de la historia en lo suyo, esto es el cine de acción, pese a la constante incomprensión de crítica y modernillos gafapastas, que no asimilan que el cine, además de Bergman, es distracción y espectáculo.

Juntos, pero no revueltos hasta ahora, han dejado en nuestras retinas secuencias espectaculares, mil veces imitadas después. Por ello es de imaginar que esta película va a suponer un punto y aparte en el género (Stallone amenaza con convertirla en trilogía "y ya sabemos lo que le gusta a Sly hacer partes y partes de sus filmes" -Lundgren dixit-). Si promete lo mismo que John Rambo -ya está en marcha la quinta parte de la saga del veterano de Vietnam, por cierto- estaremos ante una cinta histórica.


Sylvester Stallone es el padre de todo esto, no en vano es el creador del héroe musculoso, sudoroso, que mata a todos los malos, es herido en un hombro, torturado, implacable, pero honrado y legal. Un director, guionista, productor y actor (como Eastwood) que empezó con pequeños papeles en la Serie B o directamente Z (La carrera de la muerte del año 2000), pero que alcanzó su sueño de fama y gloria con dos roles icónicos: Rocky y Rambo. Suya es esa gran obra maestra del género de tiros y palos como es Cobra, también imitada hasta la saciedad. Demolition Man, Juez Dredd... La lista de greatest hits de la explosión es interminable.
Arnold Schwarzenegger, el gobernador de California de apellido impronunciable (al menos hasta que a Miki Nadal le dio por llamarle El Chuache, en El Informal), es quien más y mejor cine de acción nos ha dado hasta la fecha. Soltó la espada de Conan para convertirse en la máquina de guerra perfecta en Terminator, y ya no dejó de apretar el gatillo, no hasta que se metió en política. Danko, Calor Rojo, Commando, Desafío Total... Se rió de sí mismo en El Último Gran Héroe, y suponemos que en cuanto acabe el mandato volverá a darnos alegrías. Aquellos que decían de él que era un madelman, recordarles que mató a un predator con sus propias manos.


Dolph Lundgren, el ruso de Estocolmo, famoso entre los de mi quinta por hacer de He-Man en Masters del Universo, pero también por encarnar a los tipos duros que repartían estopa en filmes como Red Scorpion, rodar en Hong Kong, la meca ochentera del cine de tiroteos y artes marciales, matar a Apolo y casi cargarse a Rocky. Lundgren posee la complexión arquetípica del culturista y cierta socarronería a lo Bruce Willis. Hizo pareja con Van Damme en la imprescindible Soldado Universal, película que ambos recientemente han retomado para hacer la segunda, tercera o cuarta parte (no está muy claro). Señalar que Dolph nunca ha dejado de trabajar y que fue el primer Frank Castle que se llevó al cine, con mejores resultados en cuanto a calidad que las dos versiones más modernas de Punisher de estos últimos años.
Y ya que hablamos de la gran esperanza belga, Jean-Claude Van Damme, señalar que este rey de los videoclubs renunció a The Expendables porque quería darle un giro a su carrera, pero si hubiera un Paseo de la Fama del Cine de Acción, su nombre sería el primero de la lista. Como su primo Lundgren, cogió el relevo de los anteriores machangos en los 90 y lo ha tocado todo, desde hacer de malo en subproductos de artes marciales, cine typical Hong Kong, batirse el cobre en EEUU, apariciones en películas independientes... Famoso por abrirse de piernas a lo espagat y por enseñar el culo en casi todas sus cintas; sus títulos forman casi un género en sí mismos: Retroceder nunca, rendirse jamás, Contacto sangriento, Kickboxer, Doble Impacto, Sin escape (ganar o morir), Blanco Humano (de John Woo), el clásico de la ciencia-ficción leñera Timecop: Policía en el tiempo y así hasta JCVD, obra maestra donde las haya donde se ríe de sí mismo, de su vida y sus papeles.

También tenemos en este cuadro de honor a Bruce Willis, que pasó de ser un detective graciosillo y edulcorado en la serie Luz de luna a partirse la cara en camiseta de tirantes y sin zapatos en la madre de todos los tiroteos La jungla de cristal. Willis tiene una sólida carrera y el prestigio que sus compañeros de armas no han conseguido, quizá por saber compaginar proyectos o por pura suerte. El caso es que cualquier película con Willis gana un punto en calidad (hasta las comedias románticas o cosas como The Kid). John McClaine ya forma parte de nuestro imaginario, y aunque nuestro calvo de oro salvó al mundo en Armageddom, lo cierto es que nunca olvidaremos a nuestro poli de Nueva York en sus distintas aventuras (y hasta en la jungla apócrifa que es El último boy scout).

Con Willis coincidió en Sin City Mickey Rourke, tan desastroso en su vida como en su filmografía. Aunque no entra dentro de la clase de héroe al que estamos acostumbrados -demasiados demonios interiores-, lo cierto es que últimamente está dejando buenos títulos, como la mencionada cinta del binomio Miller-Rodríguez. En general, ha sido más dado a hacer de malo en películas de narcotraficantes.

Otro que tal baila es Stevel Seagal, ahora sin coleta y gordo como si a los cincuenta años hubiera descubierto el tocino. Sigue repartiendo estopa, pero ahora a cámara lenta. No hay que olvidar sus grandes éxitos como Difícil de matar, En tierra peligrosa, Buscando justicia, o su mejor papel en ese sursum corda de las hostias que es Alerta Máxima. Ahora se dedica a hacer de policía para un reality en un pueblo del medio oeste. Stallone lo ha recuperado para su filme, por lo menos para que dé algún consejillo ecológico, y quizá, reparta alguna tollina.
Echamos de menos al todopoderoso Chuck Norris y su no menos omnipotente patada voladora. Desde que se hizo ranger de Texas está desaparecido de las pantallas. Norris se partió la cara con Bruce Lee, y protagonizó obras maestras de la Cannon como Los valientes visten de negro, Fueza 7, Invasion USA y la inolvidable (porque no dejan de repetirla en las televisiones) saga de Braddock, desaparecido en combate.

En el cast de The Expendables también encontramos a Jet Li, posiblemente el mejor artista marcial después de Lee, y con permiso del inconmensurable Jackie Chan, aunque últimamente se ha prodigado poco en producciones americanas. Desde su aparición en la última parte de Arma letal, el bueno de Li estaba llamado a llenar el hueco que el GRAN Chow Yun-Fat, por edad, había dejado libre, pero no ha sido del todo así. Y es que es muy difícil superar el dúo John Woo-Chow Yun-Fat. De hecho, merecen un artículo aparte. Sólo señalar que, gracias a estos dos, desde A Better Tomorrow, el cine de acción jamás volvió a ser el mismo.

Y luego está Jason Statham, el action hero del siglo XXI. Insuperable combinación de todos los anteriores. Lo descubrimos gracias a Guy Ritchie hace diez años y no ha dejado de sorprendernos. Con carisma, físico y esa belleza ruda que atrae a las féminas, lo mismo lucha a lo kung fu que conduce un mercedes a toda pastilla, que dispara cien balas por segundo. Sus personajes de las sagas Transporter y Crank se nos han quedado pegados en la retina y nos garantiza que tendremos películas de acción para rato.

Disparos, explosiones, lo justico de diálogo, cuerpos hiperanabolizados, y decenas de muertos saltando por los aires han sido, y son las constantes de una cinematografía que ha hecho las delicias de mayores y pequeños durante casi tres décadas. En conclusión, el género de acción no ha muerto, aunque tengan que venir unos cincuentones a resucitarlo.

martes, 10 de noviembre de 2009

La biblioteca de Gaiman

Por una rápida concatenación de links (viruete --- play it again, sam --- la biblioteca de Vorbarr Sultana) llego hasta un post de éste último donde aparece una fotografía de la biblioteca del británico Neil Gaiman, que no es muy santo de mi devoción (manías que tiene uno, oye), pero que la verdad es que tiene una habitación de esas con las que todos hemos soñado alguna vez -¡tiene sitio hasta para poner unos sofas!-.

Les dejo el enlace con las fotos a gran resolución para que se mueran, como yo, de envidia, y de paso jueguen a descubrir los titulos que este buen hombre tiene en esa peazo de biblioteca para compararlos con los suyos (los tiene ordenaditos por orden alfabético y todo). Yo lo he hecho y he llegado a dos conclusiones:

a) a todos los tontos nos da por lo mismo...

b) La inmensa mayoría de los libros que tiene Neil Gaiman son, a juzgar por las fotos, ediciones en rústica, de las baratas (algunos hasta me apostaría a que son de segunda mano).

Por supuesto, también les recomiendo que se pasen por las webs antes mencionadas por aquello de expandir conocimientos y aumentar la frikisfera.


martes, 3 de noviembre de 2009

Hacia el libro digital

Últimamente he estado recopilando información respecto a los ebooks o libros electrónicos, un nuevo formato que está dando, en España, mucho que hablar del verano a esta parte. Rara es la semana en la que los principales periódicos no hacen referencia a estos cacharretes y sus posibilidades, además de intentar lo imposible, esto es, predecir el futuro respecto a qué pasará con éstos y con la edición en papel.

He visto mucho catastrofismo al respecto, también mucha mojigatería sin fundamento, así que voy a compartir mis impresiones con ustedes, amigos lectores, e intentaré ser breve, aunque en verdad el tema da como para extenderse de lo lindo.

Lo primero, los aparatos en sí. Comencemos por el precio: hoy por hoy son caros, muy caros. Del orden de 300 euros, lo que supone un disparate por mucho que nos los quieran vender como que es el equivalente a quince libros. Pero la tecnología sabemos que se abarata con el tiempo, es cuestión de esperar a que los chinos se pongan manos a la obra y empiecen a producir chismes de estos a destajo. Como pasó con los reproductores de MP3, de DVD o los codificadores de TDT. Hasta la Play 3 baja de precio.

Sobre modelos, las tendencias son dos y están bastante claras: con Kindle o contra Kindle. El lector de Amazon se ha convertido en el ipod de la lectura digital. Como el producto de Apple, basa su éxito, digamos, en la exclusividad. Si usted es de los que se ha gastado un pastón en el reproductor MP3 de la manzana se comprará Kindle; el resto de los mortales tiraremos para aparatos con formato universal, clavijas normales y acceso libre. Kindle es esclavo de su propia naturaleza, esto es, una prolongación de Amazon, que es una tienda, para comprar y leer los libros de su catálogo. Que sí, que cada día se incrementa la oferta de textos en español, hasta ahora paupérrima, y que los nuevos modelos ya admiten más formatos, pero yo no quiero casarme con una tienda online americana. Lo sucedido con los libros de Orwell me dejó un mal sabor de boca; quién me asegura que no puede volver a repetirse. (para entender a qué me refiero pincha aquí).

Y lo mismo digo para otros ebooks que están montado librerías o editoriales en EEUU e Inglaterra, que sólo puedes leer cosas de su catálogo. Esto, a la larga, no funciona.

Luego está el desbarajuste actual, donde, aunque usted no lo vea reflejado en su tienda de electrodomésticos, el mercado bulle de modelos con más y más chorradas, con todos los problemas de incompatibilidades que esto supone, y el cacao mental a la hora de decidirte por comprarte uno: con dos pantallas, con mp3, con wifi, a color...

Comprar libros: Yo no pienso comprarle libros a Amazon. Su supuesta ventaja de que no necesitas un ordenador para bajarte los textos será muy cojonuda en su país de origen, pero aquí no lo veo. Si descargar una mierda de politono para el móvil te cuesta ya tres euros de media, imaginen qué te pueden sacar por una novela de 800 páginas. Aquí se funciona con ordenador. Te lo bajas y lo pasas al ebook por bluetooth (cuando se lo instalen a los aparatos) o por usb.

Lo de registrarse tampoco gusta. Como bien me señaló el señor ALA al respecto “una cosa es hacerte una cuenta en Amazon, pues tienes que dar una dirección física y tal para el correo, y otra es que tú tengas tu Paypal y unos cabrones quieran conocer información de ti más allá de dicha cuenta”.

Pero el verdadero problema radica en los precios. Los editores, no sólo los españoles, que andan en la parra con este tema, pretenden cobrar los libros digitales al 50% de la edición impresa, más o menos. Estamos hablando de alrededor de 15 euros. ¿Usted pagará esta cantidad? Usted no quiere pagar nada, en realidad, pero por esta cifra se lo compra en papel que da más prestancia y caché. Vamos, no jodan. Por mucho DRM y códigos encriptadores y formatos absurdos que editores y distribuidores instalen, los textos acabarán por ahí colgados de forma gratuita, así que pónganle un precio ridículo, que dé vergüenza no pagar. 1 Euro 1 libro. Es mejor ganar poco que nada, se lo digo yo. Y además, piensen en lo que se ahorran respecto al formato impreso. El mercado discográfico sigue sin verlo claro, tampoco el audiovisual, pero el tema está ahí. La gente quiere cosas gratis (joder, si hasta pirateamos el wifi del vecino!), y quizá el negocio esté no en ofrecer contenidos a cero euros no, pero casi. Que las editoriales se hundirán. Pues ea, señores. También cayó la minería de carbón, las persianas de madera, la colchonería de lana o la construcción. Es lo que tiene la evolución. La industria debe renovarse o perecer.

Pero es más, piensen que el autor puede tratar directamente con el lector. Ya no es que se salte al distribuidor, sino que hasta el editor, como lo conocemos, las va a pasar canutas, y los negocios de autoedición, tipo lulu, bubok y tal, condenados a la extinción en cuanto el ebook se generalice. A poco que uno sepa algo de maquetación, o salga el programa que lo haga por ti, zasca!

Respecto a formatos, repito que los exclusivistas están condenados a muerte. Si lo que buscan es que los ebooks se parezcan,o más posible a un libro, y que el lector tradicional se pase al digital, no puede admitirse que no puedas intercambiar lo que legalmente has comprado. Los libros se prestan, se regalan. De nuevo el miedo a la piratería justifica estas mierdas, pero, señores editores, la “piratería” existirá siempre, aprendan a convivir con ella de una vez y se ahorrarán disgustos y hasta perras.

Parece que se imponen el pdf y, sobre todo, el epub como el equivalente al MP3 en la música. El primero ya saben lo que es. Es fácil, accesible, barato (apenas hay que maquetar, por ejemplo).. Su principal inconveniente es su rigidez. Los ebooks funcionan mejor con texto “elástico”, es decir, texto que pueda agrandarse, encogerse, rotar, sin que pierda la estructura del párrafo. DE esta necesidad surge el epub, un formato que en realidad es un archivo comprimido (como el de comic CBR) donde el texto viene, por decirlo de alguna manera, en formato “página web”. Es el formato preferido por los rivales de Kindle. Ocupa poco pero la edición necesita algo más de miga. Hasta donde yo he visto, con una buena definición de los estilos de texto en word y guardando como html o xml está medio camino hecho. Ya hay programas que convierten un texto a casi cualquier formato, y con el tiempo los habrá más y mejores.

¿Son estos formatos los definitivos, los más adecuados? ¿Lo es el MP3? Estamos como siempre, triunfará el que primero sea más sencillo y gratuito. O el que usen los chismes de 50 euros, ese que debería venderse en breve en las citadas tiendas de electrodomésticos (o en las librerías, por qué no).

Por último, la nostalgia del papel. He creído vislumbrar en los editores, que se juegan aquí los garbanzos, un cierto movimiento antidigital invocando al sentimentalismo respecto a la edición impresa. Cierto es que un libro en papel se disfruta con los cinco sentidos, pero eso no quita para que también lo haga uno digital.

Los ebooks no están aquí para luchar contra el libro clásico, sino para complementarlo, igual, el referente es constante por evidente, que el MP3 no ha eliminado el cd ni el vinilo. Mis discos favoritos los tengo en estos últimos formatos, pero eso no quita para que guarde alguna discografía completa en un pendrive.

Las ventajas del papel digital respecto al impreso es la comodidad (puedo leer un libro de a kilo de Stephen King al peso de una novela de bolsillo y donde quiera). La inmediatez, a la hora de adquirir las novedades -quiero un libro y lo quiero ya-, y de consulta, si quiero contrastar datos en la Espasa en el autobús. La posibilidad de adquirir textos descatalogados, rarezas que ni se plantean salir impresas pueden estar al alcance de cualquiera.Las editoriales deberian ponerse las pilas e ir diseñando un catálogo amplio, accesible, y barato, que rebose información del texto y del autor, para atraer al cliente.

El ahorro de espacio, en estos tiempos de casas de protección oficial de 30 metros cuadrados, es importante. Disponer de una biblioteca virtual en el bolsillo es un avance agradecido. Las librerías ni te cuento.

Imagine que su hijo va la colegio con uno de estos chismes. O a la universidad. Todos los libros de texto, los apuntes, la bibliografía, lista para consultar e imprimible.

Las posibilidades son infinitas.

Hay mucho por solucionar, pero se está trabajando en ello. He leído acerca de 2018 como fecha de implantación "universal" del ebook. Puede que sea antes, lo que está claro es que esto no es futuro, sino presente, y hay que estar atento.

La paja en la ducha


La paja en la ducha. El acto supremo de la soledad masculina. No hay nada más triste, pero a la vez hermoso —esa extraña hermosura de lo patético— que un varón masturbándose completamente desnudo, empapado, rodeado de vaharadas de vapor, de restos de espuma, en una bañera o en un plato de ducha. Todos hemos caído ahí alguna vez, es inútil negarlo. Una paja en la ducha es puro desahogo, no hay erotismo, vicio, romanticismo en ello. Es un llanto violento, casi un castigo, que purga el cuerpo y el alma. Un hombre no acude bajo la alcachofa de la ducha con la idea de cascársela, sino que el impulso surge de pronto, como un arrebato místico, una fiebre que hay que purgar de inmediato y que no calma el agua fría.
Quizá haya que detenerse en observar en derredor para llegar a comprender las causas de todo esto. La desnudez masculina no es algo esencialmente bello; un hombre se encuentra extraño sin ropa y, salvo excepciones, por lo general sólo se queda en cueros para ducharse o follar, de ahí que en nuestra psique haya cierta relación inconsciente entre ambos actos. Luego está el cuarto de baño, santuario masturbatorio por excelencia. Ir al váter y pajearse se convierten en sinónimos en ciertas fases de nuestra vida, que unos superan y otros no. La furtiva manola adolescente en el, por lo general, único cuarto de la casa que tiene pestillo estaba lleno de peligro, de morbo… Podían pillarte tus padres, podían salirte granos, podía verte Dios… El chute de adrenalina no ayudaba precisamente a bajar los ánimos, si acaso, a acabar cuanto antes.
Insistimos en el tema del váter como sancta sanctórum eyaculatorio por excelencia; sí, ese pestillo antes mencionado aportaba seguridad, una frontera entre ellos y tú, entre el mundo real y tu momento de fantasía erótica, pero no era lo único. Allí tenías papel, agua y jabón para borrar tus huellas y tu vergüenza, tirarlas por el retrete y salir limpio y sin mácula, como recién confesado. Digno hijo de tu madre. Hay más, el váter, como la cocina, no tiene gotelé en las paredes, sino fríos azulejos y hasta un suelo distinto, como si en verdad no perteneciera a la casa y sin embargo sí a todos sus habitantes. Un lugar comunal, pero a la vez la quintaesencia de la privacidad. Un váter está lleno de artefactos extraños, de potingues absurdos, de ropajes curiosos, de olores confusos, de restos ajenos, todo ello muestra el lado oscuro e íntimo de los demás, como una ojeada a lo más recóndito de sus almas, de sus miserias, juntas pero jamás revueltas, que en cierto modo exaltan ese lado voyeur que todos compartimos.
Queda establecido pues, en nuestra adolescencia, el poder porno-eyaculatorio del váter. Luego llega el Sexo en el váter, cómo no. Un paso hacia delante en la evolución sexual del hombre, injustamente menospreciada. ¿Queréis una prueba de amor de verdad, chicas? Si un hombre os abre la puerta de su váter para follar, en realidad os está abriendo la puerta de su corazón. Sólo quien se ama a sí mismo puede amar a los demás. Y así, os abre los sagrados portones de su templo pajero, pues allá donde tantas veces vertió su semilla de forma estéril, ahora está dispuesto a compartirla. Es una comunión de almas.
Por eso la paja en la ducha está cargada de melancolía. ¿La clave está en el agua? El fragor del chorro acalla los gemidos. La presión del líquido acaricia y golpea la piel. La temperatura dilata y contrae. Al final, uno no es más que un ser reducido a la mínima expresión, pura sensibilidad, y se deja llevar. Es una vuelta atrás, retrotraerse no ya a la pubertad, sino al útero materno, cálido y húmedo, o quizá más atrás, al homínido que copula espasmódicamente de pie, o más atrás aún, a la sopa primigenia de la que surgió la vida. Qué hay más solitario que ducharse, qué hay más curativo y purificador. Luego, todo se va por el desagüe y uno sale renacido, rebautizado.

Reto Fanzine 2023

 Bueno, pues parecía que no pero al final sí, así que... Queda convocada la 19 edición de nuestro Reto Fanzine para el VIERNES 29 de diciemb...