viernes, 31 de mayo de 2013

Llegó el tío Juan con las rebajas



Saludos, amigos.
Lo que os traigo hoy es algo muy especial para mí. Nada menos que Eclipsados, creo que la primera novela que escribí, allá por 1996, corregida y revisada durante décadas hasta quedar reducida a lo que ahora podéis leer en formato digital. Se trata de una novelilla corta al más puro estilo de los bolsilibros de ciencia ficción que siempre me ha gustado leer. Como en estos, prima más la acción que la trama, aún así, creo que tiene suficiente suspense, conspiraciones y un toque de space opera como para que le dediquéis un ratico este verano y lo paséis bien.
La tenéis en formato ebook .mobi, que se lee perfectamente en todos los lectores electrónicos, sin DRM ni nada. Los que no tenéis aparatito, ya sabéis: BEEPG*.
Por otro lado, os vengo a ofrecer por entregas, 32, lo que viene siendo una por capítulo, de mi novela más especial, La caza de la serpiente. Dediqué mucho tiempo y esfuerzo a escribir esta historia, un thriller medieval, nada menos, con los modestos recursos de los que disponía entonces, y estamos hablando de hace ya diez años, más o menos. Fue mi proyecto más ambicioso hasta la saga del inspector Serrano, y sinceramente creo que está bastante bien, aunque claro, qué voy a decir yo. Os adjunto una sinopsis al final para que sepáis por dónde van los tiros.
Os he preparado 32 pdf ajustados al tamaño de la pantalla del Kindle (es decir, 11,7x9 cm), cuyos links de descarga se publicarán aquí todos los lunes, miércoles y sábados hasta septiembre. Son pdf protegidos, ea, con lo que no se pueden copiar, pegar ni imprimir. Si esto supone un problema para alguien, que me mande un correo y veré qué puede hacerse.
Ojo, porque en septiembre es probable que lo elimine todo, vamos, que esto es una oferta limitada con fecha de caducidad.
¿Y esto a qué viene?, os preguntareis algunos. Pues ahí va la explicación:
En primer lugar, no os estoy regalando nada, os estoy vendiendo mi trabajo, de forma personal e inextrapolable, a cambio del precio que estiméis oportuno, es decir, el precio de las novelas lo ponéis vosotros. Desde cero euros a infinito, lo que os parezca.
En segundo lugar, una vez tengáis claro lo que queráis pagar por las novelas, cogéis ese dinero y se lo dais de mi parte a vuestra ONG preferida, al pobre que prefiráis, o le compráis algo bonito a vuestra madre, cosas así, de buen rollo. Porque a mí no me hace falta vuestro dinero AHORA MISMO. Quizás dentro de un año, si estoy haciendo cola en el Banco de Alimentos por un saco de arroz de la Cruz Roja, os diré otra cosa, pero, hoy por hoy, no, en serio, gracias.
En tercer lugar, después del descanso de La saga de la ciudad oscura, me apetecía editar algo, daros algo que leer mientras se me ocurren nuevas historias. Tengo mucho material acumulado que no está del todo mal, así que he optado por sacar a la luz estas dos novelas de esta manera. Os aseguro es una decisión muy meditada. Lo siento, pero no tengo ni tiempo, ni paciencia, ni ganas para meterme en historias de crownfunding, ni ir persiguiendo editores, ni andar investigando cómo cojones meter esto en Amazon o en otra plataforma digital. Joder, si ni siquiera me he molestado en hacerles unas portadas decentes a los textos, como podréis ver. Si alguien se anima a hacerlo, pues adelante, sin compromiso. Considero que yo ya hecho todo lo que tenía que hacer, que era escribir. Me he cansado de ser escritor, editor, maquetador, repartidor y vendedor de mis libros. Al menos, de momento; ya os digo que si cambian las tornas, que cambiarán, pues habrá que cambiar de mentalidad.
Nos os digo más. Ahí tenéis un par de hijos míos. Cuidádmelos bien.

 

ECLIPSADOS
http://sdrv.ms/18ENjxW

LA CAZA DE LA SERPIENTE (Sinopsis)
Año 997.
A Nuño de Oca, infanzón del condado de Castilla, se le encarga la difícil tarea de dar caza a un escurridizo asesino en serie que recorre las tierras al norte del Duero, matando sin piedad a todo el que se le antoja. El guerrero seguirá su rastro desde la fronteriza tierra de nadie entre los pequeños reinos cristianos, que ni siquiera han empezado a plantearse la Reconquista, y el todopoderoso Al-Andalus, hasta Compostela. Entretanto, el asesino -de personalidad cambiante, seductor y atroz-, prosigue su marcha haciendo una especie de Camino de Santiago del terror.
Y a todo esto, el gran caudillo Almanzor parece que también ha decidido dar un escarmiento a sus vasallos cristianos…

* Busca En El Puto Google

domingo, 19 de mayo de 2013

Posapocalípticos

Vivimos tiempos posapocalípticos. No se nota mucho porque el apocalipsis fue más discreto de lo que todos preveíamos. Nada de ríos teñidos de sangre, monstruos venidos de otras dimensiones o resurrección de los muertos (si no contamos los que han surgido en la literatura, cine y televisión). Sólo una leve declinación del sistema, lo justo para ir haciendo caer una a una las piezas de este dominó gigante que es nuestra civilización occidental. En realidad, aún estamos inmersos en esa caída, por eso no nos damos apenas cuenta. Nos han arrojado desde el rascacielos más alto del mundo (el Burj Khalifa, en Dubai, 828 metros) y estamos tan distraídos contemplando las vistas que no somos conscientes de que nos precipitamos hacia un cambio de estado -de sólido a líquido, por espizcación-.
Lo cierto es que no nos prepararon para esto. Toda la vida hemos soñado con un armagedón nuclear que borraría de un plumazo a media humanidad y nos condenaría, de un día para otro, a unos a vivir en cuevas como mutantes y a otros como salvajes de la autopista. O con un virus letal que nos empujaría a llevar una existencia como zombis la mar de hambrienta. O con la rebelión de las máquinas, una invasión extraterrestre, el derretimiento súbito de los polos, o la caída de un meteorito, que destruiría nuestros monumentos más apreciados y que nos sometería como esclavos o nos dejarían el planeta como un erial donde malvivir.
Y no. Estamos tan acostumbrados a la velocidad vertiginosa de estos tiempos modernos que hemos atribuido nuestra ansiedad acelerada al fin del mundo. Y cuando ha llegado, tranquilo y sin hacer ruido, sin oír ni una mala trompeta que la anunciase, ni una voz en nuestros adentros, como le pasaba a Luis Ciges en Así en el cielo como en la tierra, nos hemos quedado igual.
Ah, qué ignorantes somos. ¿Acaso sabían los romanos que estaban en plena caída? Cuando leemos en los libros de Historia, si queda aún alguien que lo haga, los relevos de una civilización a otra parecen tan súbitos e instantáneos como saltar de una línea a otra. De Creta a la Unión Europea en una sucesión de fascículos, donde cada civilización experimenta su ascenso, auge y caída y da paso a la siguiente, en un interpretado proceso natural e inevitable, cuasi mecánico. Leemos esta información y asumimos sin más, desde nuestra perspectiva, que los que vivieron la etapa final lo sabían, y se sentaban a esperar, con una botella de espirituoso en la mano, a que llegasen los bárbaros y los pasasen a cuchillo por decadentes.
En realidad estaban como nosotros, tan tranquilos en sus casas. Jodidos, porque ya no se vivía tan bien como antes, pero distraídos con las tontunas de alrededor. El apocalipsis es lo que tiene, que no avisa, ni se nota hasta que ya es demasiado tarde. Pero claro, si no fuera así, si hubiera remedio para el fin del mundo, menuda castaña de apocalipsis.
El caso es que estamos ya en tiempos posapocalípticos, en ese impass extraño en donde uno no sabe muy bien ni qué hacer ni qué esperar. Pero eso es porque nos puede el ansia y las prisas y queremos ver lo que está por venir. Pero eso no sucederá, porque nos pilla aún muy muy lejos. No nos queda otra que tirar para adelante y seguir viviendo, y luchando por un futuro mejor. Nunca llegará, pero eso no significa que haya que resignarse, que una cosa es el posapocalipsis y otra el conformismo.

domingo, 12 de mayo de 2013

Gracias, Cine


Esta semana nos han dejado Alfredo Landa y Constantino Romero. Ha sido al ver los distintos vídeos recopilatorios de escenas que, como homenaje, han preparado de ambos desde las televisiones a gente anónima en Internet, cuando me he dado cuenta de la gran trascendencia que el trabajo de estos dos modestos hombres ha tenido en nuestras vidas. Sus obras se han instalado en nuestra memoria personal y colectiva, para siempre.  Gracias a la magia del cine. Y en el caso de nuestro querido chinchillano, el caso es aún más maravilloso, puesto que sólo con la voz, pero qué voz, nos ha hecho vibrar.
Siempre me ha fascinado el poder del cine para conmover, despertar emociones y sentimientos que, por norma, no afloran así como así en la vida diaria. Porque la vida se compone de pequeños momentos encadenados en el tiempo, y el cine los recoge, los condensa en un par de horas, y te los muestra, en principio para entretenerte. Pero a veces, resulta que lo que estás viendo te toca la fibra. Es más, lo experimentas como algo propio, y una escena se convierte en una vivencia. Es un chute directo a la vena de pura energía que te hace pensar, criticar y dudar sobre las cosas. Te hace soñar, y tener pesadillas. Y lloras, y amas, como un niño, en la intimidad compartida de una sala a oscuras. Y no es algo que te suceda a ti solo, sino que le ocurre a miles, decenas de miles de personas en todas partes, en una especie de comunión mística global -y perdonad si me estoy poniendo algo hippy, pero es así-. Y cuando hablas de ello con esas otras personas, y descubres que todos compartís ese recuerdo común, resulta maravilloso.
Es magia. O un milagro.
Milagros que, es evidente, se construyen con el esfuerzo y el trabajo de muchos. Inspiración y suerte son parte fundamental en la definición del éxito de una película, pero también mucha dedicación y profesionalidad. Creer en lo que está haciendo. Luego toca tirar los dados y a ver qué pasa. Y lo que pasa a veces es que tienen que pasar décadas para que la niveladora del tiempo deje a cada uno en su sitio. Pero, como las cerraduras de las cajas fuertes, una vez discas todos los números de la combinación en orden, la puerta se abre y accedes al tesoro.
Qué grande es el cine, sí. Y qué grandes quienes trabajan en él y logran, por méritos propios, quedarse con nosotros para siempre, formando parte de nuestra historia y de nuestras vidas, igual que un amigo o un familiar. Por eso a mí me gusta aplaudir al final de la proyección, aunque esta sea en mi casa. Para darles las gracias.



Reto Fanzine 2023

 Bueno, pues parecía que no pero al final sí, así que... Queda convocada la 19 edición de nuestro Reto Fanzine para el VIERNES 29 de diciemb...