miércoles, 30 de junio de 2010

El verano que viene será ¿azul?

De momento,  sabemos por la prensa que la voz de la pitufina es la de Kate Perry y también dobla a no sé quien el de Un médico precoz.

Y no por la segunda parte de Avatar, sino por la amenaza real de Los Pitufos (en 3D).
¿Obra maestra o puta mierda? Lo veremos en 12 meses.
Ahí va un trailer:

lunes, 28 de junio de 2010

Frikis on Arms: Haciendo el Rambo con armas de mentira (Sesenta mil satanases 18)

Kiss cantaba aquello de Love Gun, pero se referían a otra cosa. Lo cierto es que el ser humano siempre ha sentido fascinación por las armas, hasta las ha dotado de una pátina (palabra favorita de Iker Jiménez) de divinidad, por encima de cualquier otra herramienta o artefacto que haya ideado, salvo quizá el iPhone. Y de entre las armas, las que más nos atraen, por encima de ballestas, hachas o navajas capaoras, son las de fuego. La pistola es el símbolo perfecto de la simbiosis entre humano y arma. Un chisme pequeño, ligero y portátil pero con el grandísimo poder de, con un simple movimiento, acabar con la vida de un semejante. Y a distancia, se acabó el marcharse las manos de sangre, el sudor del esfuerzo al pelear.
Sólo hay que tirar del gatillo y zas, un paisano muerto. Con un revólver o una pistola en las manos, un hombre ambicioso puede tener cuanto quiera, al menos hasta que otro individuo armado se cruce en su camino. Pero, si a una pistola le quitas su letalidad, ésta se convierte en un juguete. Y he aquí la paradoja de que un instrumento de matar es, a un nivel más básico, un trasto para la chiquillería. El paso intermedio serían las armas simuladas de aire comprimido que se emplean en airsoft y paintball donde nostálgicos del servicio militar, fans de las películas del Nam y masocas en general juegan a la guerra sin matar, o lo que es lo mismo, combates políticamente correctos. De críos, nosotros también emulábamos a nuestros ídolos del Far West, a Braddock, desaparecido en combate, con el ojo guiñado y los índices enhiestos, que pronto sustituíamos por pistolas de mistos, de ruidos, de agua… Y es que la industria juguetera siempre ha tenido un filón en las armas de coña. Y sin duda, las mejores, aquellas armas que han traspasado las fronteras de la edad recomendada en las cajas para ser manejadas por los frikis treintañeros del mundo son las de Nerf.
Nerf, que comenzó siendo una bola de esponja producto de Parker Bros en 1969, para convertirse en una línea de productos, y finalmente una marca que acabó comprando Hasbro en 1991,es la mejor productora de armas de coña que disparan proyectiles “nerf”, o lo que es lo mismo, de esponja. Las habrán visto con toda seguridad en las zarpas de algún chiquillo repelente en películas y telefilmes made in USA. Su funcionamiento es el mismo que aquellas escopetas de corcho que usábamos de pequeños: por percusión. Una varilla de plástico con muelle golpea en plan aguja percutora la bala de esponja y ésta sale volando entre 4 y 12 metros, según el modelo del arma empleada.
Parece una chorrada, pero la gente de Nerf sabe lo que hace y ahí está su catálogo para demostrarlo. Su gran genialidad es aplicar conceptos de armamentística a sus inofensivos “blasters”, de tal manera que tenemos la NStrike Maverick, un revólver de simple acción
que carga seis tiros, o la joya de las navidades que viene, porque todavía no se ha puesto a la venta en nuestro país, la Vulcan EBF-25, una ametralladora montada en un trípode
que incorpora, por primera vez, un motor a pilas con el que podemos disparar hasta 25 proyectiles (en menos de diez segundos) que vienen dispuestos en una cinta al estilo de su prima real la M60. Conceptos simples por lo evidente pero que nadie hasta la fecha se había planteado. Por ello, pese a las toneladas de imitaciones que se encuentran en las jugueterías, son líderes en el mundo. También porque sus productos son baratos (la Vulcan cuesta 42,99 dólares, aunque aquí la pondrían a 60 eurazos), de buena calidad y, joder, divertidas.
Hay más, muchos más modelos, que disparan bolas, cilindros, discos, todo de esponja. Incluso sus arcos son réplicas sorprendentes de los reales.
Como principal pega podríamos señalar que las balas no son compatibles con todas las armas, pero no es un problema cuando puedes comprar decenas de ellas por cuatro perras. Las armas blandas de este tipo son las favoritas entre jugadores de rol en vivo y frikis en general, ya que al ser de plástico pueden fácilmente tunearse de mil modos distintos. Si eres capaz de pintar un batallón de enanos esto es pan comido. Y no es porque carezcan de accesorios oficiales, que hay miras láser, cargadores, cintas y correas, en el mercado americano, claro. Pero es lo mismo, cualquier persona con un poco de maña puede desde trucarlas para que disparen más lejos o más rápido, pintarlas de manera realista (o surrealista), o añadirles con pegamento cualquier chisme de todo a cien de chinos y que pueda servir de bayoneta. Todo vale. También existe un tipo de target para los blasters, siempre en Estados Unidos, que son los oficinistas. Por lo visto allí, los más frikis de las empresas se entretienen disparándose por los pasillos, por aquello de luchar contra el estrés y los malos rollos. Las office wars están más extendidas de lo que parece, sobre todo en multinacionales de esas modernas y enrolladas que tampoco tienen paredes, cuentan con gimnasios y sus jefes les llevan los donuts y el café. Aquí sería impensable que el Gutiérrez se pudiera a tirarle dardos de esponja al de compras, si acaso una goma o un clip, sin que esto le supusiera una amonestación, cuanto más el despido.
Aunque, bien pensado, con la que está cayendo, mejor no meter armas, de juguete o no, en las empresas, no sea que las cargue el diablo.



El Pueblo, 27 de junio de 2010

sábado, 19 de junio de 2010

Los huevos de Georgie Dann

No es broma, el DIOS de la canción del verano ha venido para salvarnos del reggaeton, las tecnoguarrindongas, los wikis y los wakas, los poperos tristes, los poperos alegres, mago de coz y demás zarandajas con un chachachá de los de toa la vida, ideal para bailar en verano en las fiestas del barrio o del pueblo, bodas, bautizos y comuniones.
Ya conocen al maestro, ritmillo pegadizo, letra picantona de fácil comprensión y aprendizaje,y con mención gastronómica para los más hambrones. Para toda la familia.
Pon los altavoces a tope y clicka en Los huevos de Georgie Dann.
(ojo que está en modo bucle y no termina nunca!!!!)
Más éxitos en http://www.georgiedann.com/

viernes, 18 de junio de 2010

Borges y la Feria de Albacete (Sesenta mil satanases 17)

Es bien conocido que Jorge Luis Borges visitó España en numerosas ocasiones, sobre todo a partir de 1960, a pesar de su controvertida opinión general sobre nuestro país —lo que algunos autores llaman “vocación antihispanófila”—. El Nobel conocía Barcelona, Mallorca, Sevilla y Madrid, y aunque se sabe que de los españoles tenía pocas cosas buenas que decir, y que era más anglófilo que hispanista, no podía dejar de sentir devoción por Cervantes, Góngora, o Quevedo. Por esto mismo, Borges, el hombre-paradoja, no podía evitar una vez tras otra, venir a la piel de toro pletórico de ilusión para regresar a Buenos Aires escaldado y renegando de nuestro barbarismo.
En España las opiniones de Borges nos han dado siempre igual, se le quiere y se le festeja como a uno de los nuestros, o mucho mejor incluso. Fue en 1977, en una visita de carácter privado a Madrid cuando Borges, a quien no le gustaba especialmente la comida y le aburría la música, mostró su admiración e interés por la Feria de Albacete. Al parecer, un joven poeta albaceteño con quien mantenía una cierta relación epistolar —y de cuya identidad todavía existen ciertas dudas, al firmar siempre las cartas con el pseudónimo de El Caballero del Verde Gabán—, había despertado, con sus encendidas misivas, la imaginación del maestro, y sin duda, fue la docta mano de este mismo poeta la que acabaría por guiarlo, como Virgilio a Dante, por los círculos del recinto, mientras le explicaba las peculiaridades de nuestra fiesta.
Por encima de otros lugares más emblemáticos de la ciudad, como la Posada del Rosario, el parque de Abelardo Sánchez o el Pasaje de Gabriel Lodares, un Borges casi ciego pero con toda su sensibilidad puesta al servicio de sus otros sentidos, se empeñó en ir a la Feria. Un año antes había estado en Andalucía, en Granada, tras la pista de las raíces árabes del castellano, recorriendo hacia atrás el río que había desembocado en su ser. Pero nada tiene que ver el recinto ferial con la Alhambra, o al menos a nosotros nos lo parece, sin embargo, el maestro vino y parece que dio con lo que fuera que andaba buscando. Sostenía el poeta la hipótesis de que la zona del recinto ferial concentra toda clase de energías psíquicas, telúricas y geomagnéticas que parecen liberarse en esas fechas. Un lugar, como un templo pagano, que posee vida propia, con poder e influencia sobre su entorno. ¿Acaso los anillos concéntricos del recinto no recordaban a los cercos de menhires, o a los círculos que trazaban en el suelo los hechiceros haitianos en su ritos, o a los corros que hacen los espiritistas para comunicarse con los muertos, o a las misteriosas señales de los campos de trigo que estaban apareciendo en Estados Unidos? ¿Por qué no?
Fuera por esta, u otras razones más íntimas, lo cierto es que la ciudad es ignorada por Jorge Luis Borges; si acaso, se muestra interesado cuando se le refiere la historia del demolido Alto la Villa. Él quiere Feria, no le basta con conocer su conflictiva retahíla de disputas entre lo religioso y lo civil, las reformas de su estructura pragmática y manchega, las descripciones de las actividades que allí se realizan durante diez días; Borges quiere ir, pisarla, saborearla, en resumen, como decíamos antes, sentirla. Y el maestro, acompañado de su inseparable Maria Kodama, y nuestro paisano poeta, va.
Como un albaceteño más, Borges recorrió el paseo, jugó a la tómbola, comió un poco de chorizo y morcilla, y hasta probó un trago de vino de una bota que le ofreciera un vecino de Mahora. No fue a los toros ni montó en la noria porque no demostró mucho interés en semejantes actividades, pero desde luego, aguantó el tipo hasta que los fríos nocturnos desaconsejaron permanecer más tiempo al raso y les obligaron a regresar al hotel.
Como testimonio de aquella visita, nos ha quedado este poema, probablemente inacabado, incluido en la antología: La vuelta a Borges en Ochenta Españas.


FERIA

En el polvo y la tierra
En la encrucijada de pueblos,
de culturas, de gentes,
montañeses del llano,
gitanos enraizados en el secarral,
se alza gris la ciudad del raso,
Al-basit la seca, la plana,
posada de caminantes,
oasis de luctuosos quereres,
forjada a golpes y a fuego,
por los que pasaron
y los que se quedaron
adoptando la Feria
como sol propio.

Feria, ferial, casa de todos,
laberinto de altas bajezas,
burdel encalado en honor
de una virgen parida en la tierra
y desposada con Dionisos.
Feria, carnaval de otoño,
donde el gentío se pierde
en sus circunferencias,
sin inicio ni destino,
por las que corre la sangre de la vid,
y la fruta de los gorrinos,
y los Asteriones de fuego en la madrugada.

PD. Como habrán imaginado, esta historia no es más que pura ficción.


El Pueblo de Albacete, 20 de junio de 2010
Barcacola 2007

miércoles, 16 de junio de 2010

El pen(e)drive de Troya

Pues hoy me ha entrado un virus de esos raros por USB en el portátil pequeño y no logro sacarlo. A pesar de tener desactivado el autorun y un antivirus actualizado, me la ha metido doblá y con pelos. Es de esos que lo primero que hacen es desactivar lo de mostrar los archivos ocultos -así es como me he coscao de que había entrado- y supongo que se ha replicado por los discos duros y demás pendrives que tengo. Ni el Eset, el kapersky, ni el avira han podido cargarse este puto troyano, que amenaza, sobre todo, al inspector Serrano.
No sé que efectos tendrá sobre el disco duro, y supongo que no vendrá solo, sino asociado a otro puñado de mierdas víricas. Me veo formateándolo todo, para mi desdicha y pérdida de toneladas de archivos que, como buen gañán, no tienen copia de seguridad (ahora, infectados, no convendría hacerlo).
Estoy bien bien jodido, amigos.

Bajo la cúpula

Pues hace unas semanas que terminé lo último de Stephen King en español, La Cúpula (Under the dome) y debo decir que me ha gustado bastante. Está claro que a estas alturas no vamos a encontrar una obra maestra firmada por el Maestro de Maine porque ya las escribió hace un par de décadas, pero esta Cúpula se deja leer muy a gusto. Del palo de Apocalipsis, It o Cell,y prima hermana de Desesperación y Posesión, o sea, personajes a porrillo concentrados en una ciudad-pueblo de su región, donde suceden cosas, en este caso, la aparición misteriosa de una cúpula transparente en la que quedan todos encerrados -como en la película de los Simpson!-, la historia se adentra en cómo reaccionan las personas en esta situación. Casi parece una metáfora sobre las miserias y virtudes del hombre, una muestra de hasta donde pueden llegar los políticos malvados y la buena gente en circunstancias extremas. Casi como un libro de esos de Saramago, pero con guiones antes de los diálogos.
Personajes arquetípicos reconocibles para el fan de King, como psicópatas trastornados, paletos peligrosos, chavales talentosos, perros muy listos, militares, predicadores, mujeres duras... Lo desconocido -la cúpula-, como los zombis en las películas de Romero, es casi un mal secundario ante las reacciones que provoca. A pesar de lo que pudiera parecer, la historia avanza rápido, muy rápido, a veces demasiado hasta para lo que nos tiene acostumbrados,con lo que algunos de los personajes fundamentales aparecen como meros esbozos. Puede parecer increíble, pero apenas hay aburridas descripciones o esos remontes genealógicos que, de tanto en cuando, se casca King para rellenar páginas.La velocidad se agradece, y hace de la lectura una ejercicio vertiginoso. Te lees las casi 1.200 páginas casi de una sentada.
King sigue sin tener claro cómo funciona internet, las redes wifi, o las mujeres, pero es algo que los fans podemos ignorar. También destacar que el héroe no es un escritor, sino un cocinero (con pasado) y que la historia parece/aparenta estar bastante fuera del universo de la Torre Oscura.

¿Sólo para fans, entonces? No, pero casi.
La Cúpula es una descomunal novela de a duro, sin más pretensiones que entretener, ideal para el verano, yo diría que pensada a propósito para convertirla en una película o una miniserie  -de hecho, se anunció hace meses que sería Spielberg uno de los productores-, que bien pensado podría ser mejor idea que esa serie-adaptación libre de Colorado Kid que ya se está rodando bajo el nombre de Haven (y que parecen vendernos como un cruce deTwin Peaks y ¿Heroes?).
Bonus track: Premier de Haven:

Bonus track 2: Os dejo un enlace donde se anuncian todos los proyectos fílmicos-televisivos en los que anda metido el Maestro y sus obras:
http://www.moviematics.com/2010/06/15/what-happened-to-horror/1833/

viernes, 11 de junio de 2010

Comienza el Mundial 2010

mí no me gusta particularmente el fútbol, y desde que lo echan a todas horas, todos los días, menos. Pero, ea, qué se le va a hacer...
Si al menos los partidos fueran así: (se puede visionar sin sonido!)


Ay omá...

miércoles, 9 de junio de 2010

Meneando las greñas con nostalgia

A M.V. (éste es tu rollo) y M.O.
Dios me dio a elegir al cumplir los 20: o pelo o abdominales.
Elegí pelo, claro, y así me convertí en un heavy tipo 3G (greñas, grande y gordo).
Pero entonces pesaba 75 kilos y tenía el mundo (femenino) a mis pies. Salías de noche, entrabas a un garito y esperabas esa canción poderosa de guitarreo que te hiciera menear las melenas, en una danza ritual de apareamiento que ríase usted del pavo real.
Sin móviles, sin internet en casa, sin más preocupaciones que no juntar las 400 pelas que valía el litro de cerveza... Una melena bien plantada y podías gritar aquello de "yo tengo el poder!!!".
Ahora que deambulo por los 33, me siento un tanto estafado, sobre todo cuando observo ese michelín que se desploma sobre la hebilla del cinturón y las cada vez más bajas en mi cabeza, cual desembarco de Normandía capilar.
Sin querer preguntarme cómo llegaré a los 40, lo cierto es que todavía conservo lo justo de greña y cervicales como para lanzarme a headbangear alguna tonada. Como cualquier hijo de vecino, tengo mi top ten de temas para melenudos, pero sin duda, uno de los mejores, al que nunca he podido resistirme, es éste:
http://www.goear.com/listen/2cf29ec/killin-in-the-name-of-the-rage-against-the-machine

Si el tiempo y la alopecia no me respetan lo suficiente, me temo que tendré que inventar el air hair.

martes, 8 de junio de 2010

Comer de lata (Sesenta mil satanases 16)

Mátenme los gourmets del mundo, pero me encanta la comida en lata. Desde crío, me han atraído esos manjares precocinados y guardados en aluminio que para disfrutarlos era imperativo tener a mano un abrelatas. Con el mismo ansia que espero esa paella dominical en casa de la mama, tiro de la anilla supuestamente abrefácil de unos callos a la madrileña. Pura magia, la de asomarse al interior y ver con tus propios ojos el contenido a degustar, previo calentamiento al microondas. En ocasiones, puede resultar frustrante, al no encontrar lo esperado, lo que aparecía en la foto —¿dónde está el chorizo?—. Entonces, te quedas con la misma expresión que un chiquillo que descubre que su huevo kinder no lleva un coche sino un hipopótamo con tutú. En otras, lo que falla es el sabor, porque en el mundo de las latas, como en todo, no todo vale. Pero en este caso, cualquiera con unas pequeñas nociones de cocina —quién no ha visto al Arguiñano alguna vez— puede enmendar el entuerto. Para algo se inventaron las especias, el avecrén y la mayonesa.
Pero cuando lo de dentro es como debe ser mandas al pijo al Adriá, coges un tenedor y un cacho pan y a masticar a dos carrillos. Anda y que no habré yo brindado a la salud de la nueva cocina mientras devoro unas albóndigas de lata.
Las conservas me han solucionado más de una vez una jornada campestre, una excursión, un domingo de resaca… Imprescindibles hacerles un hueco en la cocina, ahora que no se estila lo de tener una despensa; obligado es que ocupen un sitio preferente en el frigorífico, junto a sus parientas las latas de cerveza de a 20 céntimos, sobre todo en estas fechas estivales donde con una lata de tomate entero o troceado, un par de atún, más cebolla y aceitunas te montas un moje fresquete en cinco minutos que es un delirio.
Una de mis conservas favoritas son las judías con salsa de tomate de Heinz. La lata verde, que por desgracia no se encuentra en muchos supermercados, o bien están siendo sustituidas por un sucedáneo marca blanca, es la madre de todas las comidas precocinadas. Pequeñas y deliciosas judías –frijoles- listas para calentar al baño maría, inmersas en una salsica secreta e inigualable que las convierten en todo un manjar. Encima son baratas y admiten todo tipo de acompañamientos, como un buen chorizo, un trozo de tocino o una tajada de jamón, que además le aportan el toque de sal que, según los paladares más exquisitos, es su única falta. Para comer con cuchara de madera al más puro estilo Le llamaban Trinidad.
En mi particular ranking no pueden faltar los ya mencionados callos. Tres minutos al microondas y les aseguro que buscarán en la lata el teléfono del cocinero para felicitarle. Si les parece que trae pocos garbanzos, pues se les añade de un bote de cristal de esos que ya vienen cocidos, y listo. Ni la rata de Ratatouille, oiga. Esos garbanzos cocidos, por cierto, también son ideales para ensaladas de legumbres express si le pegas una lavada para quitarles el sabor a cerrado.
A todos nos gusta lo fresco, pero no siempre nos lo podemos permitir. Nuestra cartera y nuestro reloj siempre van muy justos, por eso, cuando nos ruge el estómago y vemos que ya han empezado los Simpson, o llamamos a un telechino, o sacamos esa lata de albóndigas en salsa que sólo requiere de una ensalada previa y unas patatas fritas a golpe de freidora para acompañar, para que cuando suene la música del telediario ya estemos llenos y pensando en el café y la siesta.
Hoy día, la oferta de precocinados tiende más hacia el plástico que al aluminio, así, es diversos envases transparentes —que le quitan toda la emoción— tenemos tortillas, migas, ensaladilla rusa, lasañas, pollos asados y así hasta el infinito… Pero sin duda, y es de justicia reseñarlo aquí, la reina de estos productos son las pizzas. Cuántas comidas, y hasta vidas, han salvado estos discos de masa congelada con cosas por encima. Veinte minutos en un horno bastan para hacernos salivar cual perros paulovianos. Recomendables la carbonara de Tarradellas, y si eres un tío bragao, la de carne picada. Lo mejor que tienen es que pueden tunearse con cualquier alimento que haya en el frigorífico a punto de echarse a perder –sobre todo las margaritas-; lo peor, que una dosis de microondas las convierten en un chicle inmasticable, aunque ya han salido algunas con una base de cartón alumínico, que aguanta un par de usos —no pregunten— y que sí consiguen hacerlas comestibles.
Otro día les hablaré del arroz tres delicias de bolsa y sus innumerables variantes caseras.


PD. No dejen de visitar al Maestro de la cocina con latas: Falsarius Chef. (Falsarius, te amo!!)


El Pueblo de Albacete, 13 de junio de 2010

lunes, 7 de junio de 2010

Candy candy

Tengo el honor y el deber de promocionar por estos lares la última obra del señor López Aroca, Candy city, con portada e ilustraciones de Sergio Bleda, de inminente publicación, y para eso, nada mejor que este bonico e ilustrativo vídeo promocional creado por el señor González Ortiz. Todo queda en casa (o en el Aqua).
A disfrutarlo, y a comprarlo en cuanto esté en las librerías.

viernes, 4 de junio de 2010

Mi Borges lava más blanco (Sesenta mil satanases 15)

Seguro que cualquier lector que se precie de serlo se ha topado alguna vez con Borges donde no debía. Me refiero a una cita, un ejemplo, un borgismo, algo borgiano. El maestro argentino se ha convertido en santo y seña de literatos intelectualoides de bufanda y las gafas de pasta; empleado hasta la saciedad en una suerte de borgexplotation para parecer más culto, listo o qué sé yo. En cierto modo, y en ciertos círculos, Borges es como el famoso retrato del Che, ambos iconos han sufrido la perversión de los tiempos modernos y la incultura general.
Jorge Luis Borges (Buenos Aires, 1899-Ginebra, 1986) fue un maestro de las letras universales, creador de falsificaciones y magnificaciones, manipulador de lo absurdo y lo sacrosanto, descubridor de cotidianos mundos de ficción. “La escritura no es nada más que un sueño dirigido", escribió, y fiel a esta premisa fue forjando universos evocadores y poéticos, sobre todo en su prosa, en sus cuentos de articulación esotérico-científica, y en su llamativa obra poética.
Como tantos otros, hoy día forma parte de la mercadotecnia cultural de la civilización occidental, ocupando además, el estante elitista de la intelectualidad, reservado por y para una minoría selecta que sacraliza a los autores y los asimila a su personae para reforzar su propia identidad, y su estatus, dentro de su superior círculo de existencia.
La palabra, el verbo, es una parte congénita del Hombre y evoluciona con éste. Pero la oligarquía intelectual se ha apropiado de su valor y lo ha hecho ajeno a los demás, esgrime a los “clásicos” para marcar su territorio, al tiempo que aspira a convertirse en uno de ellos. Borges, por supuesto, también empleó estos mecanismos de autodefensa ante la selección natural del tiempo, buscando incorporarse a la memoria colectiva de la cultura para perpetuarse como referente.
Hay en los textos de Borges un ansia manifiesta por alcanzar dicho estado de inmortalidad literaria, al hacer que sus personajes se enfrenten a conceptos, busquen la victoria epistemológica sobre la materia, en pos de una vana reflexión metafísica manida ya desde los orígenes del ser humano por religiones y cultos. La amargura fatalista que destilan algunos de sus versos (“Moriré y, conmigo, el peso del universo intolerable. Borraré las pirámides, los medallones, los continentes y las caras”) entronca con otros de profunda emotividad. Es, por cierto, en sus estrofas austeras, sin alardes métricos ni experimentos estéticos, donde beben los eruditos e imitadores que arañan el fondo del plato de la existencia para dotar a sus líneas (versadas o prosadas) de esa presunta metafísica experiencia que las hagan universales.
Borges abandonó pronto su regionalismo porteño inicial al verle las orejas al lobo, al comprender que la especulación narrativa fantástica servía más y con mejor fidelidad al artefacto mental del inconsciente colectivo. Borges se alza -y lo alzan- como demiurgo de la palabra, cuando en verdad el autor no es más que un catalizador del lenguaje. Es innegable que hasta para sentarse hay que saber, pero no es menos cierto que levantar olimpos y llenarlos de falsos dioses es insano. Los literatos contemporáneos le deben a Borges no sólo un magistral ejemplo de cómo manipular significantes y significados hasta dotar al conjunto de una capacidad reflexiva vital y compleja, de cómo la representación simbólica puede afectar a la psique, de cómo construir una rica imaginería, de cómo profundizar en el pasado, presente y devenir del hombre, su cultura y su pensamiento. También cómo enquistar la expresión cultural, cómo innovar y destruir los mitos de los sistemas pasados para quedarse igual, o un poco más arriba. En definitiva, a avanzar verticalmente sobre los cadáveres de los que treparon antes, y pasar a engrosar las enciclopedias y revistas culturales.

El Pueblo de Albacete, 6 de junio de 2010
sobre un artículo de Cizalla 2005
Sé que no soy el más indicado para tratar este tema, ya que mi paso por el mundillo comiquero (como autor) ha sido más bien breve y descorazonador, pero desde la cercanía que da el tener muy buenos amigos que sí viven de esto y el ser un asiduo lector y comprador, me ha llamado la atención encontrarme, en las páginas del Ministerio de Cultura un informe con el mismo título que encabeza este post.

Sorprende el informe (fechado en diciembre de 2008) por ser anónimo -desconozco si es práctica habitual en estos casos-, por emplear la tipografía más fea del mundo y porque en conjunto parece un trabajo sacado del rincón del vago.
Ojo, que no digo que esté mal, sólo que es muy feo.
Pero lo que de veras me interesa de este documento son los datos.Pueden parecer perogrulladas que más o menos todos intuimos pero en las que no reparamos a la primera.
Referidos, lógicamente, a cifras de 2007, encontramos con que "la producción editorial de comics aumentó en 2007 alcanzando los 1.582 títulos, cifra que ha supuesto un incremento del 29,7% (362 títulos más) respecto al año 2006 y que representa el 2,2% del total de títulos editados en nuestro país"; "Además del aumento en número de títulos, se elevan sustancialmente tanto el número de ejemplares (que casi duplica los publicados en el año 2006), como la tirada media".
Atención al párrafo que sigue:
"A esto hay que sumarle el hecho de que para las editoriales es, en ocasiones, más económica y segura la compra de derechos de publicación de firmas extranjeras de éxito demostrado, que la apuesta por jóvenes promesas españolas, inversión ésta que generalmente recae en editoriales independientes. Como consecuencia, algunos autores españoles publican sus obras en otros países (Francia, Holanda, Alemania y Estados Unidos, principalmente) antes que en España, país al que llegan sus creaciones una vez demostrada su demanda fuera de nuestras fronteras".
Otra cuestión interesante:
"El salto más llamativo en el precio medio del cómic en España se produjo entre los años 2003 y 2004, pasando de los 9,54€ a los 15,69€ por ejemplar. Desde entonces, el precio medio se ha mantenido en cifras más bajas, situándose en el año 2007 en 12,51€ por ejemplar".
Que nos lleva al tema de la facturación:
"La bajada en el precio medio del cómic ha incidido en la falta de proporción entre los niveles de producción y la facturación que, durante el año 2007 experimenta una importante reducción: si en 2006 alcanzó los 83 millones de euros (un 2,8% de la recaudación correspondiente al total de materias), en 2007 desciende hasta los 77 millones de euros representando el 2,5% de la recaudación total. La variación 2007/2006 alcanza el –7,2%. Este dato refleja cierta discordancia con los relativos a la facturación total en el mercado interior, que ha experimentado un crecimiento del 3,6% frente al año 2006".

Y llegamos al punto que más me llama la atención (la negrita es mía):
"De acuerdo con los datos extraídos del informe Comercio Interior del Libro 2007, el canal de venta mayoritario en cuanto a facturación relativa al cómic es el quiosco; le siguen, por este orden, las librerías, las cadenas de librerías, la venta a distancia (por correo, clubs del libro, internet o suscripción) y, finalmente, los hipermercados. No obstante, hay que tener presente algunas consideraciones importantes: por un lado, los datos son recogidos de editoriales asociadas a la Federación de Gremios de Editores de España, por lo que existe una parte del mundo editorial de este género cuyos datos no se reflejan; por otro, este informe no desglosa los datos relativos a la librería especializada, canal habitual de compra del lector frecuente y canal de venta por excelencia de muchas editoriales."
Primera cuestión paranoica:¿Qué datos misteriosos no se reflejan en este informe porque los Editores no quieren?
Segunda cuestión de cajón:¿Cómo se puede hacer un informe semejante y obviar a las librerías especializadas "canal de venta por excelencia de mcuhas editoriales"?
Tercera cuestión estupefacta: ¿Quioscos? Creo que no me compro un tebeo en un quiosco desde el colegio.
Visto lo cual me fui al informe de Comercio Interior del Libro 2008 -un informe con su arial como dios manda, cuyo apartado de derechos de autor me estoy leyendo ahora-  y sí,
"El 50,5% de la facturación (de cómic) se vende en quioscos, un 21,4% a través de librerías y un 14,0% por cadenas de librerías".
Así que me fui a un quiosco a comprobarlo por mis propios ojos y, en efecto, ahí estaban, además de El Jueves, las tropecientas colecciones de El Jabato, El Príncipe Valiente, Capitán Trueno, Ben 10, Mortadelos... y algo rosa de unas princesas que hasta me dio vergüenza ojear. O sea, tebeos para niños y para abuelos. Ni siquiera había algo de Marvel, o el Estopa Ultimate.
¿Y estas cosas son la mitad de la facturación (unos 42,77 millones de euros en 2008) del cómic en España? Se ve que sí.
Acojonanter...

Reto Fanzine 2023

 Bueno, pues parecía que no pero al final sí, así que... Queda convocada la 19 edición de nuestro Reto Fanzine para el VIERNES 29 de diciemb...