lunes, 28 de febrero de 2011

Uno que va...

O más bien que anda entre nosotros. El amigo Doctor Foser, en su concienzuda y esforzada labor de recuperación del fanzine albaceteño, ha tenido a bien colgar en su bloj uno de los relatos a los que guardo más cariño, publicado en este formato hace no sé cuántos años y que ya se puede leer aqui: http://doctorfoser.blogspot.com/2011/02/el-que-anda-entre-nosotros.html?showComment=1298931274242#c9141710373884086078.
Para los amigos del periodismo paranormal, el satanismo albaceteño, y similares...

miércoles, 23 de febrero de 2011

Escritores en el Bar

Escritores en el Bar: Mesa redonda sobre literatura y Mahou Clásica
Se celebrará el jueves 24 de febrero a las 19.00 en el cafebar Aqua.
El objetivo de la mesa redonda será el de afrontar el debate que se tercie sobre ciencia ficción fantasía, terror, fútbol y el lagarto de Málaga, firma de ejemplares de novelas de los presentes, y aún de algún ausente, intercambio de ideas, lucha por las tapas y libación cervecil hasta que se agoten los leuros o el tiempo preestablecido por los cónyuges de los asistentes.
Ha confirmado ya su asistencia a esta mesa redonda:
  • Juan García Rodenas, escritor, corrector y pensador, creador de La Saga de la Ciudad Oscura, que acaba de editar su último tomo (el IV).
  • Ricardo González; editor del blog http://cinegargola.blogspot.com/ especializado en fantaterror y subproductos kingkongnianos.
  • Alberto López Aroca, escritor y holmesiano, autor de las exitosas novelas Sherlock Holmes y los zombis de Camford, y Candy City.
  • Marcelo Ortega Picazo, músico, periodista, articulista, escritor de haikus y cuento criminal.*
  • Miguel Ventayol Sarrión, autor menor que se cuela en las reuniones y es motivo de chanzas por parte de los asistentes por su intento constante en entrar en la Fundación Fanzine con z, a pesar de usar la c.*
No se descartan incorporaciones de última hora de otros destacados autores y blogueros que, por supuesto, serán bienvenidos.
La charla tendrá lugar dentro de las Jornadas Escritores en el Bar, que organiza la Academia de Mitología Creativa Jules Verne de Albacete, la Fundación Fanzine con Z, y Asociación de Amigos de la Malta. La asistencia será libre y gratuita (no así la cerveza).

*Actualizado.

Blitzkrieg Buffet (Sesenta mil satanases, 51)

Dos de la tarde. Un buffet libre de nuestras carreteras. La necesidad es mucha y los enemigos superaban a nuestros cuatro protagonistas en una proporción de tres a uno.
El pequeño comando de hambrientos, que ha conducido hasta allí tras un desafío a destiempo, establece la estrategia a seguir al grito de Blitzkrieg, que algunos presentes confunden erróneamente con el estribillo de los Ramones.
Comienza el ataque.
El objetivo principal es la fuente de chuletas de cordero, hábilmente colocada entre la paella y los macarrones con tomate. Tanto el arroz como la pasta se hayan copados de ancianos en su parada de viaje en autobús, cuya lentitud y tendencia a hablar mientras se echan comida en los platos impide el acceso a la carne. Por si fuera poco, un sujeto de aspecto bielorruso ha conseguido penetrar en la línea defensiva jubilista y amenaza con llevarse hasta la grasa de la bandeja del cordero.
El primer movimiento consiste en intentar abrir brecha en la defensa y atacar por retaguardia. El Hambriento A propone fuego de artillería, ya sea con migas de pan -descartado por demasiado descarado-, a base de estornudos baboseantes -no intimidaría a estos ancianos curtidos en mil enfermedades- o por salpicaduras de sopa, táctica, por lo que se ve, que ha seguido el exsoviet. Hambriento A coge un plato hondo, lo llena hasta los topes de sopa jardinera y avanza simulando una cojera que hace que el caldo se agite en marejada a derecha e izquierda. Le sigue los pasos Hambriento B, cargado de platos vacíos.
La irrupción de la sopa parece lograr su objetivo. Los primeros salpiconazos son recibidos con gritos de "¡Cuidao, nene!" y otras imprecaciones, pero la minusvalía fingida cohíbe a los afectados y neutraliza el deseo de venganza. Hambriento A logra su objetivo, no así Hambriento B, que ve con impotencia como las fuerzas imsersales cierran filas tras el bombardeo de fideos amarillos, dejando al primer compañero aislado en retaguardia, codo con codo con el gigantesco ruso blanco. No todo está perdido, Hambriento A deja la sopa y comienza a deslizarse, pegado al mostrador, hacia uno de los flancos, aun a riesgo de perder su privilegiada posición.
Entretanto, los Hambrientos Cy D rodeaban ese mismo mostrador, en un implacable y coordinado movimiento envolvente. El avance es lento, pero seguro, gracias a la hábil técnica de andar de lado, inclinado sobre los alimentos y con los codos hacia afuera. Hambriento B retrocede para observar. A y C logran establecer contacto. B entonces corre a unirse y entre los tres efectúan un rápido efecto palanca que obliga a la defensa sexagenaria a apartarse y adoptar una formación típica, y casi inconsciente, de cola de Mercadona.
Pero el bielorruso, con su gran envergadura, se mantiene firme en su posición y además con la superioridad aérea ganada. Mientras el valiente trío corre hacia las chuletas, D se llega hasta el forastero y trata de moverlo sin éxito. Hay que actuar a toda prisa, antes de que los abuelos tengan tiempo de reaccionar, ya sea de palabra u obra, y antes de que el soviet se lleve toda la carne a la brasa. La proporción numérica es ahora de cuatro a uno, pero el rival tiene músculos tatuados de verdad y una mirada azul que hiela la sangre.
Nuestros muchachos no se arredran. Rodean al interfecto en un ataque envolvente y directo. De nuevo, es Hambriento A quien decide entrar primero al cuerpo a cuerpo. Por un segundo, piensa en recuperar la sopa y arremeter con ella. Pero 1) apenas queda sustancia en el plato, y 2) no parece buena idea manchar a un individuo que parece salido de Promesas del Este.
A opta por la intervención directa. Apoya la mano en el bíceps descomunal del ruso y pregunta si sabe si el vino va incluido en los diez euros del buffet. La mención del alcohol a bajo coste parece turbar por unos segundos la mente inexpugnable del belaruski, que suelta una chuleta de palo, vuelve la cabeza hacia la entrada, donde se haya el cartel con los precios, y se obliga a girar el torso, no así los pies, en un giro de cintura a lo Robocop, hacia su compañero, que aguarda en una mesa cercana con dos panecillos y dos latas de cocacola. Esa minúscula abertura es aprovechada por nuestros Hambrientos, cuyas manos caen, como relámpagos en una tormenta, sin piedad, sobre el cordero. No habrá prisioneros. En un ejercicio de temeridad, C hasta se atreve a aligerar de carne el plato del despistado bielorruso.
Cuando éste se vuelve hacia su interlocutor, se encuentra con que este, y la práctica totalidad de las chuletas, se han esfumado.
Nuestros victoriosos muchachos, henchidos de satisfacción por tener las manos llenas de jugosa carne, se repliegan hacia las mesas, dispuestos a hacer, un poco más, el animal. Es entonces cuando comprueban, horrorizados, que sólo queda una libre, allá al fondo, y que un matrimonio con dos hijos pequeños avanza hacia ella.
¡Blitzkrieg!

El Pueblo de Albacete, 27 de febrero de 2011

viernes, 18 de febrero de 2011

Cantando las cuarenta (Sesenta mil satanases, 50)

Leía el miércoles la nota de prensa de Asobe, asociación barcelonesa que no promueve el dormir hasta tarde o el toqueteo palmar de culos, sino los juegos de cartas autóctonos entre la juventú. Y es que se ve que los zamarros de ahora se pirran más por el póker Texas Hold'em, que por los más tradicionales tute, mus o la brisca. Hace mucho que no visito una cantina de instituto, o la cafetería del vicerrectorado del campus, pero me sorprendería mucho ver que, tal y como dicen estos amigos de los oros y los bastos, los estudiantes apuestan tras el flop en lugar de envidar a grandes. ¿Hasta esto ha trastocado el Plan Boloñesa?
Puedo entender la preferencia lúdica del póker -así con k, porque es una giliflautez transmutar esa k en q por birlibirloque de la RAE-, sobre los otros juegos de cartas. Posee unas reglas que se aprenden en quince minutos, una -falsa- sensación de que cualquiera puede ganar, una alta capacidad de adicción, es barato -compras una baraja y unas fichas en un chino por diez leuros y a jugar- y está disponible en multitud de formatos. De hecho, internet, el medio que lo ha aupado al trono del rey de los juegos, rebosa de webs de póker en las que aprender, jugar y competir. Pero no sólo está en el ordenador. Conozco a pocos que no tengan en el móvil una versión del póker, roñosa o virtualísima, con la que matar el rato en las salas de espera que se nos cruzan de vez en cuando.
No hace tanto, cuando no sabíamos ni deletrear Hold'em, el póker nos parecía algo sórdido, vetusto, de película del oeste, de mafiosos, o de puteros cañís con fajos de billetes que se jugaban la recaudación del día entre nubes de humo de farias, en la trastienda de un garito. Un juego chungo para chungos. La televisión no ha llevado ahora al glamour de los casinos, de las chicas que reparten los naipes a toda velocidad, a esos frikis de gafas oscuras que parecen llevárselo muerto gracias a un par de jotas (nada de cuatro ases o full de reyes). Del strip-poker, si realmente se practica, ni hablamos.
Los juegos "patrios" no han gozado de esta popularidad mediática, aunque no sé si realmente están en peligro de extinción. Son juegos que la mayoría hemos aprendido en casa, en la nuestra o en la de otros, desde pequeños. Comienza la iniciación a la magia de los palos a través de un sencillo cinquillo, que se complica en un cinquillo cabrón, llegas a las siete y media, al hijoputa, el chinchón, y sigues jugando hasta que te toca jugarte los garbanzos -que, reconozcámoslo, tienen menos sexapil que las fichas de póker- en el truque y el mus. De este último, que nunca he logrado entender, sí he llegado a ver algún programita de ordenador que simulaba una partida, aunque explíqueme usted cómo le hace señales a un muñeco virtual, pero hasta que llegó el póker, lo único que habíamos hecho con las cartas en el pc eran solitarios.
Dura competencia tienen los nuestros ante el protagonista de filmes como El rey del juego, El golpe o Rounders (posiblemente la mejor), y eso que virtudes no les faltan. Un servidor, a pesar de su incapacidad para retener reglamentos de una vez para otra, ha pasado gran parte de su adolescencia institutil apostando duros, buscando caballos y marcando cartas, qué coño, para sacarse el almuerzo gratis y/o matar el tiempo entre clase fumada y otra con profesor ausente. O en la piscina, mientras se hacía la digestión. O en las tardes esas de lluvia que tampoco apetecía sacar el manual y las hojas de personaje. O en las mesas del Titi'hs y del Topaz, de ligoteo teenager. O en las mesas del comedor universitario, con una birra y una espuerta de fotocopias al lado. Y jugábamos al póker, al de cinco cartas y dos descartes, claro. Y a los dados. Todavía hoy no puedo resistirme, en una sobremesa campestre a la sombra de una parra, a una brisca con cubata.
A pesar de todos los avances, del póker online y de la aplicación del mus para iphone que me cuentan que existe, creo que lo suyo es jugar contra personas, cara a cara. No se me ocurre mejor forma de saborear una victoria, o lamentar una derrota, que viendo el gesto de los compañeros de mesa. De la otra forma entretiene, pero le falta algo. Sin ruido, sin voces humanas, sin el roce del naipe entre los dedos, sin los otros sentidos, en definitiva, esto sería un sudoku.

El Pueblo de Albacete, 20 de febrero de 2011

martes, 15 de febrero de 2011

Entrevista (con notas al pie)


A continuación corto y pego la entrevista que me hicieron los compañeros de El Pueblo, a propósito del Tomo IV, publicada el pasado sábado día 12 de febrero, por si pudiera resultarle de interés.
* * *
El escritor albaceteño Juan García Rodenas acaba de publicar su último libro, La saga de la ciudad oscura - Tomo IV, con el que finiquita las aventuras de su creación, el inspector Serrano. Actualmente, este albaceteño trabaja en el Diario EL PUEBLO de Albacete como periodista, articulista y corrector. Lleva dedicado varios años a esta colección y en exclusiva nos detalla algunos de sus proyectos literarios más cercanos.
EL PUEBLO: Con este Tomo IV cierras la saga en que has estado trabajando desde 2002, ¿cómo te sientes al haber llegado a la recta final?
JUAN GARCíA RODENAS: En cierto modo, ponerle punto y final ha sido liberador. Llegar hasta aquí, y del modo en que lo he hecho, ha sido extremadamente duro. El lector no sé si llegará a apreciarlo, pero para mí La Saga ha sido una verdadera maratón. Un tour de force, que dirían por ahí. Piensa que han sido ocho novelas cortas, recogidas en cuatro tomos, casi trescientas mil palabras en total... Súmale que me he hecho cargo, en solitario o con una mano de los íntimos, de todo el proceso de edición, desde el archivo de Word a las librerías. La saga necesitaba un final y yo un descanso para abordar nuevos proyectos. He llegado a odiar a muerte al inspector Serrano, pero después de todo, nos hemos despedido como amigos.
E.P.: Supongo que será necesario haberse leído los otros volúmenes para poder entender éste…
J.G.R.: Es lo que tienen las series, que sueltos, los episodios pierden fuerza y no tienen mucho sentido. Y más si empiezas por el final. Soy consciente de que no todo el mundo recordará a estas alturas los detalles de los otros tomos, por eso he añadido una especie de resumen de lo acontecido, que quizás sirva a los curiosos rezagados, pero lo propio es leérselos en orden.
Es un pequeño hándicap con el que he tenido que lidiar en este último tomo, sobre todo ahora que el primero está, en la práctica, agotado (1). No va a haber reediciones ni nada parecido, al menos en papel. Quien quiera incorporarse a La Saga ahora lo va a tener difícil, lo siento. Aunque siempre puede ir a la Biblioteca y pedir mis libros prestados: en teoría, los tienen (2).
E.P.: Hablabas de dificultades, ¿qué ha supuesto escribir este último tomo?
J.G.R.: Escribir un final, y más para una serie de novelas, es una gran responsabilidad. Hay una presión enorme ante la posibilidad de defraudar al fan, porque la rabia del fan, que a fin de cuentas es el elemento indispensable en esta ecuación que es escribir, es la más virulenta y la que más duele. No quería que me pasase como le ha ocurrido a otros y a sus sagas; estoy pensando en Stephen King y su horrenda forma de liquidar La Torre Oscura, o el flojete remate de la saga de Gerald de Rivia (3), de Sapkowski, o el último episodio de Perdidos... Ejemplos hay mil. Nunca hay unanimidad en estas cosas, si no es para acordarse de los difuntos de uno, y lo peor es que no sabes si la has cagado hasta que es demasiado tarde para rectificar. He tenido que lidiar con eso, y sólo espero haber hecho bien mi trabajo.
Puedo asegurarle al lector que me he esforzado al máximo por hacer algo digno. Por otro lado, una de las cosas que más me ha ayudado a tirar para adelante ha sido ver el interés y la paciencia de la gente, que no ha decaído en ningún momento. A ellos está dedicado este libro.
E.P.: ¿Tenías claro desde un primer momento el final o fue cambiando a medida que avanzaba la historia?
J.G.R.: Los que siguen la saga desde el principio saben que, en la mayoría de las novelas, he empleado el esquema básico que ideara Lester Dent para las aventuras de Doc Savage (4). No ha sido así en esta ocasión, porque, ya digo, había que hacer algo especial. Ha hecho falta mucha planificación, mucha documentación, mucho releer y mirar atrás para no dejar cabos sueltos, pero creo que merece la pena.
E.P.: Parece que tú también te has apuntado a la moda de la literatura zombi, pero... ¿qué significa eso de “survival horror manchego” que dice la contraportada? ¿Qué te parece este género?
J.G.R.: Cuando me planteé el esquema de la serie, allá por 2002, tenía muy claro desde el primer momento que quería escribir mi propia versión de las historias de vampiros, de casa embrujada y de survival horror, por eso en la séptima novela salen zombis. Y como pasa en Albacete, pues de ahí el apellido de “manchego”. La literatura zombi es un género relativamente reciente, en la que mi Mil trescientos setenta y cinco, cifra que alude al peso medio de un cerebro humano, podría encajar bien. Ahora hay multitud de libros con una Z en la portada, pero esto no era así cuando comencé a escribirlo. En cierto modo, la historia es la respuesta a una pregunta que suele hacerse un friki de las cintas de Romero: qué haría yo si los zombis, de pronto, invadieran mi pueblo (5).
Las novelas de Serrano las englobaría ahora dentro de la categoría de “fantasía urbana”, que aparenta ser un género de novísimo cuño, donde triunfan series y personajes como el mago Dresden, de Jim Butcher, o Anita Blake, Cazavampiros, aunque cuando salió el Tomo I nadie sabía nada de esto. Lo mío, lo he dicho siempre, es homenaje al pulp, a las novelas de a duro del kiosco, a las policiacas y las de terror, que mira por donde, con matices, es lo que se está poniendo de moda.
E.P.: ¿Qué puedes contar de este libro?, ¿qué les ocurre a tus personajes?
J.G.R.: Después de luchar contra sectas, hombres lobo, vampiros, extraterrestres, cultos nazis, demonios, brujas y criminales varios faltaban, ya te digo, los muertos vivientes, y la gran y apocalíptica conclusión, a la altura del personaje del inspector Serrano.
De hecho, dos terceras partes de la octava novela son el final propiamente dicho. He trabajado mucho el ritmo de la narración en este caso, así como la forma y descripción de los “conflictos físicos”. Te aseguro que lo más complicado fue manejar a tantos personajes, interactuando en muchos momentos de forma simultánea. Esto, y moverse dentro de los esquemas mentales de la “ficción realista”, esa que diferencia entre zombi o infectado, o que admite la existencia del Necronomicon y discute los efectos de una bomba electromagnética (6). De nuevo será el lector quien juzgue si lo hice bien o no. Sobre los personajes, sólo puedo decirte que, como es lógico, muchos no llegarán a la última página.
E.P.: ¿Y ahora qué? ¿Actualmente estás realizando algún proyecto o tienes alguno en mente?
J.G.R.: Me rondan por la cabeza ideas para nuevos pastiches holmesianos, novelas, cuentos… Quiero probar otros géneros, como la fantasía heroica; quiero terminar ciertas historias que he llevado en paralelo y ver qué posibilidades tienen. Me gustaría probar en el mercado del ebook, al que sí le veo futuro. En fin, que no voy a apagar el ordenador después de este libro (7).
E.P:: Por último, ¿habrá más Serranos en el futuro?
J.G.R.: Quién sabe. Puede que alguien aparque un camión de dinero delante de mi puerta para convencerme. O puede que el personaje pida volver, sin más. El tiempo lo dirá.

NOTAS EXTRA.
1. De hecho, el Tomo II también está prácticamente agotado. Cuento con menos de una veintena de ejemplares, y la mitad se van a los packs.
2. Están en la Biblioteca Pública del Estado, la del parque, porque los doné yo, o sea, se los di gratis. Si no los han tirado a la basura para hacer sitio, allí deberían estar los tres primeros.
3. Jamás perdonaré a King por ese final. Del de Rivia, he de confesar que aún no me he leído La dama del lago, pero personas de las cuales me fío me han confirmado lo que me temía, otra patata -de 60 leuros!-.
4. Adaptado a Serrano, el esquema, en su base, viene a a ser:
1. Presentación del héroe e introducción de la amenaza o el misterio.
2. Presentar al resto de personajes.
3. Surge el conflicto físico y giro sorprendente en la acción.
4. Más problemas para el héroe.
5. El héroe se esfuerza por resolver los problemas.
6. Otro conflicto físico.
7. Una nueva sorpresa.
8. Más problemas.
9. El héroe acosa al villano.
10. Todos los misterios se resuelven, excepto uno.
11. Gran clímax, última sorpresa y final inesperado.
5. Todos nos lo hemos preguntado, ¿no?
6. O lo que es lo mismo, me alucina el que el lector asuma tranquilamente que se pueda invocar a un demonio psicópata en el tanatorio del Hospital general mediante un rito vudú y me discuta una maniobra de coche marcha atrás.
7. ¿Hay algún editor en la sala?

viernes, 11 de febrero de 2011

Mi colega el Gosling (Sesenta mil satanases, 49)

Perdonen que les hable hoy de cine, pero... ¿conocen ustedes al actor Ryan Gosling? Seguro que sí. Las chicas lo asociarán enseguida con el fulano de El diario de Noa, los cinéfilos con el judío neonazi de El creyente, la gente normal con el fiscal de Fracture (la echan cada dos por tres en la tele) y los frikis con El joven Hércules. Confieso sin rubor alguno que me encanta Gosling, me parece un actorazo y su presencia suele subir varios enteros a cualquier producción en la que se implique. Por desgracia para mi gusto por lo bizarro, la más de las veces suelen ser cansinadas de Sundance, pero qué le vamos a hacer.

La primera película que vi de Gosling fue el susodicho creyente, una cinta que -sospecho- nació al rebufo de American History X, y cuya interpretación rivalizaba en calidad a la del ahora perdido Edward Norton. Para ser sincero, si escogí esta historia para ver fue porque Gosling, que salía en la carátula, se parecía a mi colega de facultad Carlos David. Bueno, parecerse es decir poco, los dos son clavados, por eso Ryan despertó enseguida mis simpatías, era como descubrir que el tipo que se sienta a tu lado en clase, además de pasarte los apuntes -los que están a limpio, ojo-, encima era actor, un actor cojonudo, además.

Desde entonces, me he acercado a las producciones donde sale Charlitos Gosling sin miedo, aunque sean pastelazos como lo de Noa, a la que -por cierto- si le quitas la parte de los viejos se queda en una historia de amor aceptable, y más breve, que siempre es de agradecer. Se prodiga lo justo, el muchacho, una o dos cintas al año, y como decía antes, parece preferir el cine independiente que los blockbusters, con lo que su presencia no se hace cansina en las carteleras.

A Gosling le tiran los dramas, los personajes intensos, que le valen continuas nominaciones a los Globos de Oro y hasta una opción a llevarse el calvo de oro en 2006 por Half Nelson. No comprendo que los americanos entendiesen Lars y una chica de verdad como una comedia, porque aunque es cierto que la trama -un chico ultratímido que encarga una novia, una muñeca de latex, por internet- da lugar a situaciones hilarantes, enseguida la risa se congela en el rostro ante la interpretación de Gosling, quien consigue con el espectador lo mismo que con el resto de personajes, que veamos a la muñeca con sus ojos, esto es, viva.

Los medios especializados lo ubican ahora en el remake de La fuga de Logan, una novela con trazas de 1984 y Un mundo feliz, que fue luego una película no del todo mala, y una serie más rara que un perro verde (y una imitación como fue La isla). Habrá que ver si este proyecto, maldito como tantos otros, llega a buen puerto, y con nuestro Gosling en cabeza.

Y disculpen, una vez más, la hiperbólica aseveración, pero creo que Ryan Gosling es el mejor actor de su generación. Ni Bale, ni Norton le hacen sombra, como demuestran sus desiguales carreras, más en el caso del segundo que del primero, que salva el tipo vestido de murciélago gigante. Claro que a mí me tiene ganado, después de todo, nunca podría hablar mal de Carlos David.


El Pueblo de Albacete, 13-02-2011



miércoles, 9 de febrero de 2011

Este sábado, nos vemos en Comikers

Este sábado día 12, firma de ejemplares de LA SAGA DE LA CIUDAD OSCURA - TOMO IV, en Comikers (avda, España 3), a partir de las once de la mañana. Pasa a por tu libro!!

viernes, 4 de febrero de 2011

Espíritu de arroz chino


En estos tiempos orwellianos en los que nios ha tocado vivir, he de confesarles que una de mis novelas favoritas de siempre es 1984. Creo que pocas historias ha logrado ponerme los pelos de punta como esta obra del señor Orwell. Por cierto, otra que lo consiguió fue Rebelión en la granja, que leí de crío sin tener ni idea de su doble o triple interpretación política (los gorrinos acojonaban lo suyo ya de por sí). Esos cerdos, se me ocurre ahora mismo en plan mitólogo creativo, deben ser primos hermanos de las criaturas porcinas de La Casa en el confín del Mundo...
Pero a lo que iba, de 1984 no voy a referirles nada porque hay muchas y mejores opiniones expertas al respecto en toda la red. Sólo quería compartir con vosotros una de mis fobias que ha hecho que me sea imposible volver a releer el libro, al menos en su edición en castellano.
Y no, no son las ratas.

La cosa es más prosaica y estúpida, como todas las fobias. Si cogen ustedes el librico, lo abren por el primer capítulo, comienzan a leer las desdichas del señor Winston Smith, llegan a la parte donde el hombre coge su botellica de Ginebra de la Victoria, que forzosamente ha de ser Hacendado...
Tomó de un estante una botella de un líquido incoloro con una sencilla etiqueta que decía: Ginebra de la Victoria. Aquello olía a medicina, algo así como el espíritu de arroz chino. Winston se sirvió una tacita, se preparó los nervios para el choque, y se lo tragó de un golpe como si se lo hubieran recetado.
Y hasta ahí puedo leer.
ESPÍRITU DE ARROZ CHINO.
Está en todas las versiones en español que conozco y he tenido acceso.
¿No ven el problema? eso es porque beben poco de importación. En inglés, dice así:
It gave off a sickly, oily smell, as of Chinese rice-spirit.
No sé si se acuerdan de aquella clase de inglés del instituto  donde les hablaron de los false friends, palabras que por escribirse de la misma forma (o parecida) en español son confundidas, pero que en realidad significan otra cosa.
Spirit, en este caso, y se ve claro por el contexto, significa alcohol. Alcohol de arroz chino. Orujo de arroz chino, vamos.
¿Cómo jamás nadie ha reparado este fallazo de traducción que se repite y se repite, edición tras edición? Joder, pero si salta a la vista, porque es que, además, en español existe el concepto de bebida espirituosa, que no tiene nada que ver con fantasmas.
Según la Febe:
  1. La definición técnica y legal de bebida espirituosa aparece recogida en el Reglamento CE 1576/89 (art. 1), en cuya virtud se entiende básicamente por bebida espirituosa la bebida alcohólica destinada al consumo humano, con caracteres organolépticos especiales, con una graduación mínima de 15%vol, obtenida por destilación, en presencia o no de aromas, de productos naturales fermentados, o por maceración de sustancias vegetales, con adición o no de aromas, azúcares, otros edulcorantes, u otros productos agrícolas.
En inglés, a esto se le llama SPIRITS y si sois de los del "chupito fuerte" después de comer en los chinos, pues seguramente lo hayais catao, y sí, huele a medicina.
Insisto, ojo, en que no es que menosprecie el trabajo del traductor (Rafael Vázquez Zamora, creo), que un desliz lo tiene cualquiera, y más en cosas de Ci-Fi, lo que me parece increíble es que un libro, una puta obra maestra que todo el mundo referencia más que Blade runner, que lleva editándose sin parar desde los 70 en España, y que a nadie le haya chocado lo del espíritu chino y lo haya corregido.
Inexplicable.

Madre mía, que más gazapos habrá en nuestros libros...

jueves, 3 de febrero de 2011

Coming soon: Firmando serranos en Comikers

Este que viste y calza firmará ejemplares de La saga de la ciudad oscura - Tomo IV el próximo sábado 12 de febrero, a partir de las 11 de la mañana hasta que el señor Peralta cierre para comer. El lugar: la tienda de cómics COMIKERS (Avenida de España, 3). Pueden ir desde ya a reservar su ejemplar si no son de los de hacer cola y aglomeraciones. En caso contrario, échense al bolsillo ocho leuros que podrán intercambiar por uno de estos libricos, tan bonicos y pequeñicos, firmado y dedicado con mi ininteligible letrujo.
Para animarles les dejo con esta bucólica imagen del No tan Gran Chulhu con una linda chiquilla. Para que luego diga el señor SSB que no pensamos en los niños.

martes, 1 de febrero de 2011

Albacete, por las patas abajo (Sesenta mil satanases, 48)

Ignoro si las facultades de Medicina tienen algún estudio al respecto, pero desde luego, al pobre nivel estadístico del boca a boca, o sea, gente que me lo ha contado, la incidencia de la mal llamada gripe intestinal en Albacete parece muy alta. Como no soy médico, sino un mero observador del entorno, no sabría a qué achacar la excesiva incidencia de cagaleras en nuestra bacheada ciudad, aunque quienes la padecen no dudan en señalar al agua del grifo como principal fuente de sus retortijones.

La gastroenteritis vírica cabalga como el quinto jinete del Apocalipsis por nuestras calles, tocando sin discriminación a toda clase de vecinos, que se ven condenados a los escalofríos y a agarrarse al lavabo mientras aposentan el culo en la inhóspita porcelana. Debe de haber un factor común, puesto que, como una epidemia de la que sólo se hablase en voz baja, por aquello de que no es agradable tratar el tema de las evacuaciones -y menos cuando son líquidas-, este mal de tripas se propaga como la pólvora en cuestión de días, un par de semanas al año. Familias enteras se turnan en el váter, intoxicados por vaya usted a saber qué virus, mientras saltan chispas del ojete, corre el papel higiénico y las cisternas no dan a basto.

Son tres, cuatro días como mucho, lo que suele tardar el cuerpo humano albaceteño en sobreponerse al ataque intestinal y recobrar las fuerzas. Setenta y tantas horas de flojera de piernas, tragar suero fisiológico, manta y televisión, donde el culo se convierte en tu peor enemigo. No nos gustan las enfermedades internas, aquellas en las que no vemos el prurito, el cardenal, porque el interior del cuerpo humano se nos sigue antojando inhóspito y desconocido. Acudir al médico en estos casos tampoco nos solucionará nada, puesto que no hay medicina que pueda combatir al virus.

Virus. ¿No odian a su médico cada vez que éste les dice que lo que tienen es un virus? Porque lo dice a ojo, como si pudiera vérselo danzando en las pupilas. Eso es un virus, señala el House de su centro de salud, y no se puede hacer nada. Rotavirus, adenovirus, calicivirus, astrovirus, virus de Norwalk... da lo mismo, porque a todos se les trata por igual: reposo y Acuarius, un remedio propio de curanderos del siglo IX en plena era de la genética.

El vulgo suele achacar sus diarreas febriles a la mala calidad del agua, si bien es cierto que de estas gripes de abajo no se salva ni quien la toma embotellada, que en Albacete son muchos, por cierto. Estigmatizada por gastroenteritis pasadas, es el agua que nos ha de salvar la que se convierte en objeto de nuestras iras y maldiciones y, así, cerramos el grifo y nos compramos la jarra con filtro del Arguiñano, o en garrafas gigantes de cinco litros, creyendo en vano estar a salvo de la diarrea vírica. Aunque bien pudiera ser algo que está en el aire y que, cuando bajamos la guardia, se decide a atacar. Que los virus son muy listos, ya lo veíamos en Érase una vez la vida, pero en la vida real no hay actimeles ni chorras en vinagre que puedan defendernos.

Según leo en esas sabias páginas médicas de internet, que tanta paranoia han añadido a nuestros dolores cotidianos, los virus gastroenteríticos son -el matiz es importante- transmitidos al compartir alimentos, agua o utensilios para comer con personas previamente infectadas, y por supuesto, al consumir alimentos o agua contaminada. Se puede ver que hay razones para creer en el dedo acusador del albaceteño que mea por detrás.. Si así fuera, quién sabe si la dichosa planta de osmosis esa acabará de una vez con esta plaga. O eso, o hay un bioterrorista de baja intensidad que se divierte a costa de nuestras tripas.

Cuando, cada veinte minutos, se está en cuclillas y soltando lastre entre sudores fríos, lo que menos piensa uno es en buscar el lado bueno a su desgracia, pero lo hay. Quizás no el día crítico del ataque agudo, ahí bastante tenemos con llegar y tener papel, pero en lo que dura la recuperación se está en familia, recibiendo mimos, y sin trabajar. Se come sano -y hasta se adelgaza algo-. Se ven esas películas y series que tenemos grabadas y un tanto olvidadas. Se da uno cuenta del valor de los pequeños placeres cotidianos... Y nos hace más humildes, o debería, al sentirnos derrotados, al borde de la muerte -y no exagero un ápice-, por la más sucia de nuestras funciones corporales. Es ahí, estando atrapado en la catástrofe intestinal, cuando realmente apreciamos el verdadero sentido de la expresión amorosa y castiza, tan sabia y tan grosera, que dice que "te quiero más que a un buen cagar".



El Pueblo de Albacete, 6 de febrero de 2011

Reto Fanzine 2023

 Bueno, pues parecía que no pero al final sí, así que... Queda convocada la 19 edición de nuestro Reto Fanzine para el VIERNES 29 de diciemb...