viernes, 11 de febrero de 2011

Mi colega el Gosling (Sesenta mil satanases, 49)

Perdonen que les hable hoy de cine, pero... ¿conocen ustedes al actor Ryan Gosling? Seguro que sí. Las chicas lo asociarán enseguida con el fulano de El diario de Noa, los cinéfilos con el judío neonazi de El creyente, la gente normal con el fiscal de Fracture (la echan cada dos por tres en la tele) y los frikis con El joven Hércules. Confieso sin rubor alguno que me encanta Gosling, me parece un actorazo y su presencia suele subir varios enteros a cualquier producción en la que se implique. Por desgracia para mi gusto por lo bizarro, la más de las veces suelen ser cansinadas de Sundance, pero qué le vamos a hacer.

La primera película que vi de Gosling fue el susodicho creyente, una cinta que -sospecho- nació al rebufo de American History X, y cuya interpretación rivalizaba en calidad a la del ahora perdido Edward Norton. Para ser sincero, si escogí esta historia para ver fue porque Gosling, que salía en la carátula, se parecía a mi colega de facultad Carlos David. Bueno, parecerse es decir poco, los dos son clavados, por eso Ryan despertó enseguida mis simpatías, era como descubrir que el tipo que se sienta a tu lado en clase, además de pasarte los apuntes -los que están a limpio, ojo-, encima era actor, un actor cojonudo, además.

Desde entonces, me he acercado a las producciones donde sale Charlitos Gosling sin miedo, aunque sean pastelazos como lo de Noa, a la que -por cierto- si le quitas la parte de los viejos se queda en una historia de amor aceptable, y más breve, que siempre es de agradecer. Se prodiga lo justo, el muchacho, una o dos cintas al año, y como decía antes, parece preferir el cine independiente que los blockbusters, con lo que su presencia no se hace cansina en las carteleras.

A Gosling le tiran los dramas, los personajes intensos, que le valen continuas nominaciones a los Globos de Oro y hasta una opción a llevarse el calvo de oro en 2006 por Half Nelson. No comprendo que los americanos entendiesen Lars y una chica de verdad como una comedia, porque aunque es cierto que la trama -un chico ultratímido que encarga una novia, una muñeca de latex, por internet- da lugar a situaciones hilarantes, enseguida la risa se congela en el rostro ante la interpretación de Gosling, quien consigue con el espectador lo mismo que con el resto de personajes, que veamos a la muñeca con sus ojos, esto es, viva.

Los medios especializados lo ubican ahora en el remake de La fuga de Logan, una novela con trazas de 1984 y Un mundo feliz, que fue luego una película no del todo mala, y una serie más rara que un perro verde (y una imitación como fue La isla). Habrá que ver si este proyecto, maldito como tantos otros, llega a buen puerto, y con nuestro Gosling en cabeza.

Y disculpen, una vez más, la hiperbólica aseveración, pero creo que Ryan Gosling es el mejor actor de su generación. Ni Bale, ni Norton le hacen sombra, como demuestran sus desiguales carreras, más en el caso del segundo que del primero, que salva el tipo vestido de murciélago gigante. Claro que a mí me tiene ganado, después de todo, nunca podría hablar mal de Carlos David.


El Pueblo de Albacete, 13-02-2011



1 comentario:

  1. MAdre mía que yo no me perdía la Fuga de Logan!!!!
    Y hoy tiene mucho sentido, más que nunca, JAJAJAJAJAJAJAJA. Abajo los viejos.

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