Julián Cañizares ha vuelto a conseguir lo imposible, sacar su revista de poesía. Esta última edición de Ayvelar sorprende por su cambio de formato, su estilo y su concepto. El grandísimo esfuerzo de Cañizares ha merecido, en mi opinión, la pena pues ha conseguido una obra coherente y de calidad, conceptos ambos muy difíciles de alcanzar en algo tan heterogeneo como una revista (con más de cien autores). A ello ayuda, y cómo, las inquietantes lustraciones de Alicia Gómez, que se conjuntan a la perfeccción con los textos. Un desorden ordenado, reflejado en la portada de Vidal, que hace de Ayvelar 17 una obra imprescindible para cualquier interesado en la poesía actual de la buena.

Encima es barata.

Y si les interesa mi parte lírica, pues ahí me tienen.