miércoles, 24 de febrero de 2010

...Y ahora Telefónica intenta colársela doblá a mi padre

Recordarán el penoso incidente que tuve con los muchachos de Vodafone hace un mes, y de quienes ahora sólo recibo una o dos llamadas semanales (siempre con prefijos gallegos o directamente números privados), por los que la compañía colorá va a perder un cliente en cuanto pueda permitirme los costes por cancelación de contrato.
Pues bien, ahora les cuento el caso de mi señor padre con la compañía, hasta hace unos días, de sus amores. Cuarenta años tienen mis progenitores el teléfono conectao a Timofónica, que se dice pronto, recelosos de las otras compañias como de las campanadas de nochevieja en otra cadena que no sea La Primera. Hasta que a Don Juan señior le han tocado los cojones... Resulta que, por azares del destino, llamaban a su casa del orden de entre 5 y 12 veces diarias. Siempre números privados. Lo normal es que los deje sonar hasta que se aburren y cuelgan... hasta la llamada siguiente, que suele ser una hora u hora y media después. Otras se levantam, descuelgan y entonces les cuelgan a ellos. Un juego estúpido que lleva durando casi un año.
Y mis santos padres, que tienen una paciencia infinita, pues lo iban soportando más o menos, sin poder echarse una siesta en paz o ver la tele sin interrupciones (ni TVE!) hasta que el teléfono ha empezado a hacer cosas raras. En concreto, al minuto exacto de conversación da comunicando y se corta. Y se corta. Y se corta. Y estas personas, que llevan 40 años, repito, pagando religiosamente a este monopolio del mal, llaman para que lo arreglen (que a estas alturas, la subcontrata todavia no lo han conseguido hacer) y de paso, casi inocentemente, preguntan por el tema de las llamadas esas molestas, porque mi padre ya está paranoico y asegura que la culpa es de ellas, y entonces le dicen que pueden librarle de ellas.
-¿COMORL???
-Si hombre, dice el operador, llame usted al 1004 (este era el servicio de incidencias) exponga el caso y ya está.
Y ya se pueden imaginar, a mi padre casi le da un tabardillo de alegría. Coge el teléfono, marca y habla con un nuevo operador (cuando pagamos nosotros la llamada no se corta ni al minuto ni a la hora, curioso ¿no?) y le dicen que hombre, nosepreocupeusté, que eso se lo arreglamos pero ya A UN COSTE DE 1,20 AL MES.
-DOBLE ¿COMORL???
-SI, que ese servicio se lo cobramos. Pero bueno, ¿qué son cuarenta durillos al mes por dejarle en paz, buen hombre?
Y cuando la cara de mi padre recuperó su color normal, dijo que no gracias y colgó educadamente. Le vi con ganas de repetirle al operador telefórico las sabias palabras de ese insigne talento musical que ha despuntado en la selección de Eurovisión, pero al final cogió las páginas amarillas y buscó la dirección de las oficinas de ONO.
Si yo fuera paranoico, diria que los chicos de azul se han montado el timo perfecto,y que son ellos mismos quien, directa o indirectamente,llaman con número oculto a casa, para luego cobrarte "el filtro", o lo que es lo mismo, la "protección" (les suena de algo, amichi?). Si, estamos ante una MAFIOSADA de libro que no sé hasta qué punto es denunciable.
En fin, en mi familia estamos hasta los cataplains de las compañias telefonicas, fijas, móviles o giratorias. El día menos pensao nos compramos un tam-tam (como en Phantom) o la vengala de los 4-F.

1 comentario:

  1. Vamos a tener que volver a los vasos de plástico y el hilo a este paso...

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