miércoles, 9 de marzo de 2011

No entiendo a los contemporáneos

No conozco personalmente a nadie que haya leído el Ulises de James Joyce, El arcoiris de la gravedad, de Thomas Pynchon, El tiquet que explotó, de William S Burroughs... Sí he leído a gente que dice que los ha leído.
Yo reconozco que me han superado, sobre todo Burroughs, del que creo que no he conseguido terminarme ningún libro.  Lo que me pasa con estos etiquetados maestros de la literatura contemporánea es que me saca de quicio la forma en que están (des)escritos sus libros. Ese estilo transgresor, rompedor, y demás epítetos que para mí sólo significan que están mal escritos. Sin signos de puntuación, sin coherencia interna, sin lo que hace que una novela sea una novela legible...
Leo, traducción googlesca mediante, el estupendo artículo Good Books Don't Have to Be Har. que tiene un par de años pero que explica exactamente lo que sucede con estos tipos y lo que ocurre hoy en día. En resumidas cuentas, que los antes mencionados puede que tuvieran poderosas razones para escribir lo que escribieron, y cómo lo escribieron -el artículo aporta con acierto las pistas-, y sí, como también ahí se indica, el siglo XX se llenó de obras maestras antes de que llegase a la mitad.
Pero en el siglo XXI no tiene sentido enfangarse en hacer de la novela un jodido rompecabezas sin comas, sin voces identificables, en escribir un tocho de 1.100 páginas que es un AUTÉNTICO COÑAZO o peor aún, más demencial que el Necronomicón en verso. Entiendo que a los críticos, culturetas y profesores universitarios de Literatura se les ponga dura con estos textos que sólo ellos creen entender, en un ejercicio que tiene más de psicoanálisis que literario. Cada secta necesita su propias escrituras sagradas.
Yo, al menos, agradezco leer algo con sentido, con cierto orden. Con diálogos con guiones (eh, McCarthy, que si no sabes la combinación de teclas del word para guiones largos, te la paso). No sé, creo que hay más obras maestras bien escritas que lo que los modernistas, y sus imitadores (sí, Bret Easton Ellis, te estoy mirando a ti, aunque no eres el único), nos han legado.
Para ser original, y bueno, no hay que cargarse la gramática ni la ortografía -o sino los fritillas, chonis y poligoneros serían los nuevos Faulkner-, ni emplear un vocabulario que haría enrojecer de vergüenza ajena a Thor. Que una cosa es experimentar y otra tomar el pelo con la excusa de que en el arte todo vale... Tampoco tiene fuste embarcarse en disgresiones metafísicas acerca del ser y del estar, como bien se señala en el artículo; la calidad y el mensaje no están reñidos con el entretenimiento, y no es ningún delito recurrir a los géneros de ficción para contar esa historia.
A ver si por estos lares cala el mensaje...

6 comentarios:

  1. Pero, ¿tú qué eres? ¿Comunista? Vete a Rusia, hombre.
    Maestros de la literatura son aquellos que escriben con la punta de la nariz y a los críticos les parece bien.
    Un amigo mío me decía de Burous que sus libros eran imposibles pero su biografía superdivertida.
    Me ha pasado con un montón de libros de estos, pero ya no les doy la oportunidad, ¿para qué? Incluso si eres capaz de leerlos no te aportan nada, ni siquiera entretenimiento. Además, está más que demostrado que el aprendizaje (palabras, giros, historias, geografía, etcétera) se consigue mucho mejor por vías del entretenimiento que por estas locuras imposibles.
    Libros para entretener, libros para divertirse: son el inicio de los libros para aprender, ¿cómo han aprendido nuestros padres sino?

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  2. A mí el Burroughs que de verdad me gusta es Edgar Rice.

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  3. Ah, y sobre las chonis y fritillas no tengas cuidado, como no salen en la tele ni se harán millonarios "sin hacer nada", no se meterán a escritores.
    Los escritores sólo son los tíos que se quedan molestando a los vecinos hasta las 6 o las 7 de la mañana dándole a las teclas

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  4. Revertito de la Sierra24 de agosto de 2011, 22:10

    Cómo te jode la envidia, chaval, Joyce se fuma lo que tú pienses de él, etc...

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  5. SSB: Pero si las teclas del ordenador no hacen ruido (aunque he encontrado un procesador de textos que incorpora los sonidos de una vieja máquina de escribir!)

    Revertito: Aquí en Albacete, como es sabido, es que somos más de Faulkner.

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  6. Yo tampoco he leído el Ulises, y además pro alguna razón sigo pensando que Ulises y Hércules son el mismo tío (descubrí que no era así, pero mi mente puede más). De acuerdo en la idea, desde luego. A mí McCarthy me gusta mucho, pero no encuentro sentido a qué gana alguna de sus novelas con eso de no puntuar los diálogos. Hasta te pierdes. Coño, lo de poner una respuesta a la pregunta me la ha liao. ¿dónde cojones está Santiago de Compostela? ¿Eso es ya Ciudad Real, o está a caballo, como las Lagunas?

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