lunes, 8 de marzo de 2010

Lo que sigue a continuación viene a colación del post anterior, casi una precuela de todo el asunto (¿y un spoiler de la película?), extraído de una revista española (Mundo Sobrenatural, vol 1. Nº2, Barcelona, 1980) de hace 30 años dedicada a las noticias de ovnis (“Ovni capturado bajo una pirámide”), fantasmas, y demás fenómenos paranormales. Copiada aquí -porque no me iba el escáner- sin modificar ni un punto o una coma, con sus propias faltas y errores, para su goce y disfrute.
Sé que es un texto muy largo para lo que están acostumbrados a leer en blogs, pero les aseguro que merece la pena.


¡Rusia controla nuestra mente!
La primera reacción de nuestros lectores ante esta incógnita que le presentamos será de duda. Y también de escepticismo. Sin embargo, sería conveniente que lo pensara dos veces antes de pasarlo por alto. Porque realmente… alguien controla nuestra mente en el mundo moderno en que vivimos… está demostrado.
Por Luis Echevarría
EL CEREBRO HUMANO
Se supone que este órgano tan complicado y aún casi desconocido en su funcionamiento total, se encuentre protegido por la capa más gruesa de materia ósea, el cráneo.
Pero… ¿hasta qué punto es cierta esta deducción?
Realmente la Naturaleza creó esta capa para cubrir su más precisa realización. La computadora más perfecta jamás establecida. Sin embargo, el interior de nuestro cerebro se ha convertido en una zona de fuego libre. Una zona en la cual cualquier individuo en posesión de los medios necesarios puede enviar barraje tras barraje de órdenes, sensaciones y motivos.
Esto se puede lograr a distancia sin dejar la más mínima traza de evidencia en la cual puedan basarse nuestros cinco sentidos para detectar.
Nosotros, en un momento determinado y completamente inconscientes de lo que hacemos, podemos encontrarnos asesinando, robando, amando, mintiendo y todo lo que pueda ocurrírsele a la mente del lector sin que a la larga queden recuerdos en el cerebro de lo sucedido y la forma en que sucedió.
También puede suceder que nuestro cerebro tenga plena consciencia posterior de lo hecho y que sin embargo no lo estime como dañino. Todo está en una alteración exterior de nuestro sistema de lo que es moral y lo que deja de serlo.
¿Suena impresionante, verdad…?
Pero es  la realidad en la época moderna en que vivimos.
No existe la menor defensa contra la posesión psíquica del cerebro humano por factores externos.
La inteligencia propia, la facultad de percepción… absolutamente nada puede detener el proceso.
Hace muy poco tiempo en las estepas siberianas de Rusia se llevó a cabo un experimento muy revelador. Este experimento llegó al conocimiento del mundo occidental mediante los disidentes que, ocasionalmente atraviesan la barrera entre la esclavitud y la libertad.
Valentin Kovinov, un profesor de ciencias electromagnéticas fué enviado a Kalchagk en la Siberia con un fin determinado y específico… lograr el aislamiento total del cerebro humano, el vacío absoluto.
Aquí es muy interesante hacer notar que Jeanne Dixon, la vidente y profeta americana recibió la visita de funcionarios soviéticos. Estos funcionarios (previo permiso de las autoridades americanas) establecieron un exhaustivo interrogatorio sobre la señora Dixon a fin de conocer la extensión y penetración de sus poderes psíquicos.
El campo en el cual se encontraban más interesados… “la telepatía a distancia.”
El profesor Kovinov comenzó sus experimentos a raíz de esta entrevista con la vidente americana.
¿El propósito…?
Crear una jaula aislante en la cual una persona quedara completamente en el vacío no solamente ambiental, sino psíquico.

Era la primera vez que los escépticos rusos reconocían que existe el poder de la mente y el control de la mente.
El profesor Kovinov fabricó una jaula de seis paredes (incidentalmente, en forma de pirámide) desde la cual se pudiera vivir durante años sin contacto con el mundo exterior.
Esta jaula estaba supuesta a aislar la mente o cerebro humano de la penetración electromagnética.
Todos sabemos que las ondas que afectan la corriente eléctrica cerebral son conducidas por campos electromagnéticos. De aquí el esfuerzo ruso para limitar y hacer desaparecer dicho campo. O por lo menos controlarlo.
Se utilizaron todos los materiales conocidos y se experimentó con materiales desconocidos a fin de aislar al sujeto en el experimento… con resultados negativos.
Sencillamente la barrera de control atravesaba los materiales.
¿Por qué el súbito interés ruso y quizás americano en este campo aparentemente inofensivo…?
Pues, sencillamente porque, el que logre controlar los impulsos mentales está controlando el poder del mundo que nos rodea.
Se puede crear una raza de autómatas, o simplemente destruir la Humanidad sin disparar un solo tiro.
El control de la mente a distancia puede lucir como una forma de paranoia para aquellos que no tienen los conceptos adaptables a los cambios.
Aquellos que estiman que el “lavado de cerebro” es un simple truco de publicidad en el mundo para causar pánico en las multitudes.
Cuando un dictador se coloca en una tarima y durante horas repite un estribillo sobre las multitudes. Cuando un guía religioso realiza la misma función basado en un pasaje de cualquier libro sagrado estamos tropezándonos directamente con la forma más rudimentaria de control cerebral. El uso de los sentidos para fijar una idea preconcebida en el cerebro.
Las técnicas modernas son mucho más sofisticadas y directas.
Un asesino que apriete el gatillo. Un demente que degüelle a una criatura. Todo esto puede ser logrado de personas pacíficas y respetuosas de las leyes establecidas por la sociedad.
No será el primero ni el último caso en el cual los psiquiatras demuestran ante las Cortes la inocencia problemática de un asesino… por medio de vericuetos enfermos en su mente.
¿Y quién puede asegurar que estos vericuetos no han sido expresamente creados para producir este asesino potencial…?
¿Quién puede estar interesado en controlar la mente de la persona o de la multitud…?
Por un lado la U.S.S.R. por el otro U.S. Y por supuesto, los alemanes nazis en su época.
Realmente el control mental comenzó con la llegada al poder de Hitler y su camarilla y con el advenimiento del Nazismo.
Existen archivos que demuestran que en 1938, doce oficiales de las S.S. (Policía Secreta alemana) fueron llamados a un cuarto aislado. Allí Himmler, máximo jefe de esta organización los obligó a formar un círculo con sus manos y mentes y concentrarse en el juicio que se seguía al General Von Fratsch.
En los Estados Unidos no se reconoce oficialmente por el gobierno la utilización de estos métodos. El regionalismo del siglo 18 parece ser el “frontal” que sitúan los científicos americanos para explicar los fenómenos extrasensoriales o, mejor dicho, para negaros tajantemente.
Pero… ¿sucede así en la trastienda?
Tomemos por ejemplo esta aseveración de un alto oficial de la NASA, el doctor Eugene B. Konecci. Director del Instituto Biotecnológico para los Estudios Humanos.
“Los Estados Unidos han conducido y conducen experimentos en energía transformativa.
La relación de esta energía de partículas físicas y positivas con partículas de campos mentales no demostrables o pertenecientes al problemático campo del psico plasma.”
En toda democracia la Prensa posee un poder terrible. Y los Estados Unidos es el país más susceptible a este fenómeno por la sencilla razón de que constituye la cuna de la democracia moderna.
Esto explica sin lugar a dudas las “filtraciones” de este tipo en planes ultra secretos americanos.
En Febrero de 1971 la NASA envió al espacio la nave Apolo 14.
El destino oficial de esta nave era el contacto con la Luna. Sin embargo, un asombrado pueblo americano se enteró años después, y mediante la Prensa que uno de los astronautas, Mitchell, tenía como misión secundaria el mantener contacto telepático directo con cuatro personas en el planeta Tierra.
El experimento de Mitchell fué considerado como “satisfactorio.”
Remontémonos unos años en el pasado.
Mucho antes del famoso disparo Apolo a la Luna. El submarino francés Nautilus tenía una misión específica en el año 1959. Esta consistía en simular estados de emergencia a bordo. Estados en los cuales los radios y métodos normales de comunicación normales fallaran por completo.
En el Nautilus viajaba un telépata famoso en aquella época. Su misión era concentrarse con determinadas personas para simular la emergencia. Sobre los resultados de este experimento Francia guarda absoluto secreto desde entonces.
Sin duda alguna los más interesados en estos momentos en establecer un programa para controlar la mente humana son los soviéticos.
Existen claras evidencias de que dedican gran parte de su tiempo y dinero, amén de las habilidades científicas de sus profesores en los esfuerzos referentes a la telepatía posesiva.
No solamente hacer el contacto con mentes ajenas… sino ocupar y dirigir esta mente mediante el poder de una voluntad definida.
¡La voluntad totalitarista de la USSR!
Allá por el 1965 los soviéticos instituyeron un programa total para la realización de su sueño de control telepático.
Cuando aún los Estados Unidos estaban en pañales sobre la materia. Y lo que es peor. aún lo siguen estando.
La Sección de Bio-Información de la A.S. Popov operaba bajo el control de la Sociedad Técnica para la Comunicación Eléctrica… aparentemente.
Pero bajo este complicado nombrecito se escondía el esfuerzo unificado de la tiranía soviética a fin de descubrir si el cerebro del hombre podía ser dominado a distancia.
La estrella de este proyecto fué el sabio Nikolai Popov que a la vez, era uno de los pocos psíquicos oficialmente reconocido por el gobierno materialista de la Unión Soviética.
Karl Nikolaiev, otro de los escasos psíquicos de este país fué tomado como sujeto para el experimento inicial. Colocado en una cámara aislada por todas partes se le pidió que por media hora se relajara muscular y mentalmente.
Las ondas cerebrales de Nikolaiev fueron registradas desde el principio hasta el fin mediante un complicadísimo electroencefalograma.
Al mismo tiempo, en Moscú se encontraba un individuo cualquiera de la multitud. La misión de este individuo anónimo era tratar de pensar en Nikolaiev en determinado momento.
Por supuesto que Nikolaiev desconocía en que momento el individuo trataría de establecer comunicación.
Exactamente a las diez y media de la noche el sujeto comenzó a pensar en “alguien llamado Nikolaiev.”
Exactamente a las diez y cuarenta y tres minutos Nikolaiev recibía el mensaje en Leningrado… distante cuatrocientas millas de la capital. Las ondas del encefalograma registraron con meticulosidad la alteración el metabolismo cerebral en Nikolaiev.
El experimento había sido un éxito.
Fué repetido una y otra vez en distintas condiciones. A mayores o menores distancias.
Del simple pensamiento se pasó a palabras y de allí a oraciones completas que la mente de Nikolaiev recibía invariablemente.
No solo fué un individuo en Moscú… fueron varios.
La telepatía a distancia quedaba perfectamente probada por los rusos.
La doctora Lusia Pavlova recogió los resultados de estas investigaciones en documentaciones oficiales. Las mismas llegaron a manos del mundo occidental años después, mediante la deserción de un científico que participó en el programa.
Los ojos de los americanos se abrieron con asombro en el Pentágono, la CIA y otras agencias secretas.
¿Sería posible que los rusos estuviesen experimentando con niñerías como esas…?
Desafortunadamente el tiempo ha demostrado que se equivocaban… de niñerías no tenían nada. Era la amenaza más seria a la seguridad americana desde la Guerra Mundial.
Las últimas noticias que se recibieron de los experimentos secretos rusos eran inquietantes.
Usando el sistema de luces y colores telepáticamente, en la USSR se había logrado controlar los impulsos de determinados individuos. Estas personas eran enviadas a cometer delitos e incluso asesinatos.
Invariablemente los escogidos eran personas cobardes y de índole pacifista. De la noche a la mañana se transformaban en asesinos. En ladrones, etc…
Había algo peor… el lenguaje conminativo telepático no tenía necesidad de ser particular a un país. Un ejemplo de esto se le dió al científico británico Stanley Mitchell en una reciente visita a la Unión Soviética.
Los rusos le llevaron a un edificio desconocido. Una vez allí localizaron a una enfermera a la cual no presentaron bajo ningún nombre.
La enfermera fué sentada frente a la cama de un paciente. Allí un técnico en telepatía ruso le envió una orden mentalmente. La enfermera se levantó en estado hipnótico. Inyectó al paciente y volvió a su silla.
Se llamó a otro telépata. Una nueva órden a la enfermera. Esta vez la mujer se abalanzó sobre el paciente con ánimos de matarlo. A duras penas pudo ser detenida por dos fornidos miembros de la policía secreta rusa que se encontraban presentes.
El colmo del asombro vendría para Stanley Mitchell más tarde ya terminado el experimento.
Porque la enfermera no conocía una palabra de inglés… y los telépatas no conocían una palabra en ruso.
¿Por qué los rusos dieron semejante aseveración de poder ante un científico extranjero…?
Muy simple.
De la misma forma en que exhiben sus siniestros y gigantescos cohetes nucleares en las paradas oficiales para demostrar su poderío… ahora lo hacían con su nueva arma. Un arma cien mil veces más eficaz que los cohetes.
El arma invisible del control mental.
Los soviéticos comenzaron a interesarse en la telepatía a raíz del experimento francés del Nautilus.
Hay que tener en cuenta que, en aquella época el Alto Mando francés estaba corrompido por el dinero extranjero. Y el ruso era el que más corría entre las altas esferas oficiales.
Miércoles Agosto 11 1976
Un hombre veterano de la guerra de Viet-Nam sube hasta el último piso de un hotel bien conocido en Kansas.
El soldado conoce perfectamente los medios de muerte y destrucción. Fué entrenado para matar en la guerra. Ahora se encuentra en la paz.
El soldado irrumpe en un aluvión de fuego y balas sobre la multitud inerme que pasaba por la calle dejando muertos y heridos por doquier.
Los casos como el de Kansas se reportan a diario en la Prensa mundial.
Sobre todo en la prensa americana. Incluso se designa una palabra especializada para describirlos… “snipers.”
Flota la incógnita en el aire.
¿Son los “snipers” americanos productos remotos del control sobre la mente ruso…?
Violadores, criminales, saqueadores. Todo tipo de desgracias violentas se abaten sobre la sociedad americana.
Se culpa a la televisión y al cine entre otros medios de difusión por el aumento drástico y continuado de la criminalidad.
¿Hasta qué punto es ésto cierto…?
¿Puede ser que los medios informativos americanos estén siendo bombardeados por telépatas rusos en un esfuerzo por destruir la democracia…?
Es muy posible.
—FIN




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