domingo, 21 de agosto de 2011

La herramienta no se presta (Sesenta mil satanases, 76)

Pensaba el otro día en mi padre cuando, aprovechando el asueto vacacional, me tocó intentar arreglar los pequeños desperfectos cotidianos de la casa. Un tornillo que se cae, un grifo que pierde, cosas así para las que pensaba que estaba preparado. Pero no. Pensaba en mi padre, pero lo que añoraba en realidad eran sus cajas de herramientas. Cajas grandes metálicas, con bandejas abatibles, repletas de destornilladores, alicates, llaves, y atiborradas de mil y una piezas de todos los tamaños, materiales y formas. Del arcón con la taladradora, lijadora, y demás aparatos eléctricos, ni hablamos. Miraba las mías, de feo plástico traslúcido, con herramientas esportilladas compradas en los chinos y en los saldos de los hipermercados, un rollo de cinta aislante y un puñado de tuercas, tornillos y tacos de plástico, y se me caía el alma a los pies. Con semejante material, más que hacer un poco de bricolage casero, iba a emular a McGyver.
Es curioso, porque el señor García (padre) nunca ha destacado precisamente por su habilidad a la hora de las reparaciones caseras, siendo de esos que prefieren funcionalidad a la estética, provocando enmiendas de desastrosa apariencia en sus chapuzas. Reconozcámosle, eso sí, su genialidad con la electrónica y la juguetería; no hay quien le gane arreglando electrodomésticos y coches teledirigidos. Pero, sobre todo, hay que envidiarle sus cajas de herramientas, trabajadas, completadas durante décadas de ensayo-error, listas para solventar casi cualquier problema, conservadas en perfecto estado gracias a la máxima que casi tiene grabada en las tapas y que, aún de vez en cuando, me dice: “La herramienta no se presta”.
Por eso, cuando comprobaba que yo no tenía juntas de goma para el grifo, ni una llave de tubo, ni una mala tuerca, no hacía más que añorar el tesoro paterno, amén de culpar a mi progenitor por no haberme preparado para esto. Qué menos que haberme hecho entrega, a modo de ajuar, de una buena caja de herramientas con lo básico, ¿no? Porque manteles y toallas no me faltas, gracias a mi suegra y mi señora, pero ¿dónde está mi cola de carpintero para las sillas? Sé que es un sentimiento compartido por muchos amigos, a la pregunta de “a ver cuándo me das un nieto” que le hizo su padre, un conocido contestó “cuando tenga el atornillador de Black&Decker”.
Es una tradición que urge crear, porque en lo que menos piensa uno cuando sale del nido es en llevarse un martillo o una sierra, y luego, cuando empiezan a romperse las cosas, tienes que acudir a la carrera a un bazar chino de todo a un euro, a por un juego de destornilladores de prácticamente un solo uso y cinta aislante que no pega, en lugar de acudir a una ferretería de verdad. Y luego, por la propiedad acumulativa que tienen los trastos, al cabo de los años resulta que nos hemos juntado no con una buena emulación del botiquín chapucero paterno, sino con un montón de mierda que apenas nos sirve para apretar un tornillo, y una tonelada de llaves allen del Ikea.
Pero no quisiera pecar de injusto, ya que al menos a mí me han enseñado los fundamentos de la chapuza casera, que he visto a gente de mi quinta que ni siquiera sabe arreglar un enchufe. Y aquí sí que debería hacer un llamamiento a las instituciones educativas, que deberían tratar estos temas en los institutos. Sería más útil y menos polémica una asignatura de Chapuza y Reparación casera que Religión o Educación para la ciudadanía; a fin de cuentas, independientemente de sexos, credos e ideologías, todos tenemos que coger un taladro alguna vez, y no estaría de más saber qué tipo de broca usar. No se trata de levantar un invernadero en el jardín, como el de Bricomanía, sino de saber instalar la lámpara del techo, por ejemplo.
Hasta entonces, para los de ahora, tendremos que aguantarnos con lo que tenemos y sabemos –consultando las dudas en internet, que para algo somos la generación online- y, en todo caso, llevarnos a escondidas los alicates de papá (y devolvérselos antes de que se dé cuenta).


El Pueblo de Albacete, 21 de agosto de 2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Reto Fanzine 2023

 Bueno, pues parecía que no pero al final sí, así que... Queda convocada la 19 edición de nuestro Reto Fanzine para el VIERNES 29 de diciemb...