domingo, 9 de septiembre de 2012

El fin del mundo

La cosa comienza con el anuncio de problemas crecientes empezando por una seria crisis económica en los países dominantes de la economía, como son EEUU e Inglaterra. Esta crisis se proyectará a todo el mundo debido a que la capacidad adquisitiva de todas las monedas será cada día inconteniblemente menor.
Las guerras pequeñas y revoluciones se multiplicarán con riesgo de degenerar en una nueva guerra mundial total que resultaría de incalculables consecuencias. Esta guerra total es evitable si el hombre así lo desea, pero lo que es inevitable es la muerte trágica de enormes multitudes, de millones de seres humanos, que serán “tragados por la Tierra”. Así pues, la tragedia que parece estar ya a la vista sería menos trágica si fuéramos capaces de razonar y entendernos. Pero habrá torrentes de palabras hipócritas que nos hundirán en conflictos más complejos.
Los conflictos políticos serán cada día peores y abarcarán a más países, con riesgo de convertirse en guerra mundial. Los pueblos humillados y envilecidos por las “razas superiores” empuñarán la espada para romper sus cadenas y cuanto más se trate de evitar esta ansia de liberación, mayor será la tragedia, más muertes y más víctimas vivirá el mundo.
Habrá alarmantes fenómenos naturales en constante aumento, un recrudecimiento de los fenómenos telúricos como terremotos, marejadas, volcanes, derrumbes, hundimientos de montañas.
Poco después, mientras los seres humanos entran en conflicto armado, el mundo sufrirá un cataclismo y el eje terrestre cambiará su posición respecto del Sol, quizá en sentido vertical respecto de su órbita. Esto bien podría ser consecuencia del encuentro con algún cuerpo estelar errante. Morirán dos de cada tres personas.
A partir de entonces, la humanidad vivirá de muy distinta manera. O quizá ni siquiera exista humanidad, pues si las fuerzas del mal, en forma de bombas nucleares, llegan a desatarse nuevamente, nadie sabe quién quedará vivo y en qué condiciones de salud quedará; quizás sean monstruos deformes y de corta vida; tal vez vuelva el mundo a una edad primitiva hasta que la radiactividad disminuida permita de nuevo la vida, que nadie siquiera puede imaginar en qué forma y cómo empezará...
Y hasta aquí queda la profecía más o menos expuesta. Si comparamos lo hasta ahora leído con lo que nos vomitan encima los medios de comunicación últimamente, parece que nos quedan dos telediarios y un Informe Semanal, tal y como nos han contado los estudiosos del esoterismo maya, con lo que parece que sólo cabe esperar a ver si te mata el hambre, una bomba de neutrones, un terremoto o el cambio del eje terrestre. Porque mejor muerto que morlock. Entonces, se acabó preocuparse por cobrar el paro, pagar las medicinas o la educación de los niños, mejor vivir lo que nos queda como si fuera Feria. Como si no hubiera un mañana.
O no, porque según el libro este, entitulado “Dramáticas profecías de la Gran Pirámide”, de Rodolfo Benavides, el apocalipsis debía haber sucedido en 2001. Así que, o no hay Juicio final y toca apechugar con lo que tenemos encima, o vamos con mucho retraso a nuestro final. Ojalá sea esto último.


El Pueblo de Albacete, 10 de septiembre de 2012

1 comentario:

  1. Siempre digo que cuando llegue el fin del mundo no nos vamos ni a enterar. Un meteorito impactará contra la Tierra y pasaremos a mejor vida, como nuestros colegas anteriores.
    Un saludo

    ResponderEliminar

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

Reto Fanzine 2023

 Bueno, pues parecía que no pero al final sí, así que... Queda convocada la 19 edición de nuestro Reto Fanzine para el VIERNES 29 de diciemb...