El 26 de septiembre de este año se cumplen 100 años del nacimiento de uno de los mejores escritores de serie negra de todos los tiempos. Un Maestro:
Jim Thompson.
Según la wkikipedia, James Myers Thompson nació en Anadarko, Oklahoma, un 27 de septiembre 1906 y murió en Huntington Beach, California, el 7 de abril de 1977.
A día de hoy sigo sin comprender por qué la obra de Jim Thompson en España es ignorada por casi todo el mundo.
Los intelectuales se acuerdan de él por sus pequeñas colaboraciones intervenciones literarias con el mundo del cine o porque un francés de la "nube-vaga" (Tavernier) adaptó su novela 1280 almas al celuloide.
Los lectores, salvo los muy aficionados, lo desconocen casi por completo, y mucha culpa de ello se debe a la escasez de obras suyas publicadas en castellano, y el elevado precio de las que se editan actualmente (o de las que se encuentran, de tanto en cuando, en los fondos de una librería).
Y es que, incomprensiblemente, los editores han pasado de él durante años. Sólo Paco Ignacio Taibo II, responsable de la Semana Negra de Gijón y de la finada Ediciones Júcar, se acordó de él en su Etiqueta Negra. Por cierto, que también fue Taibo el único en traernos a otro de los "olvidados": Donald E. Westlake.
Bruguera sacó a la luz La Sangre de los King allá por los lejanos 80 y Ediciones B algún título más en los 90, pero por lo general, Jim Thompson es uno de esos autores a los que no se les ve el pelo por los estantes, de los que apenas se habla, de los que casi nadie se acuerda en este país.
Porque por ahí fuera sí que saben quién era, qué hizo y cuál es su importancia. Busquen, busquen por el Google...

A continuación, y como botón de muestra, les pico una introducción que Barry Gifford realizó para presentar una reedición de las novelas de Thompson y que PIT II colocó en Una chica de buen ver (-A Swell-Looking Babe-, Ediciones Júcar, abril 1990. Traducción de Mª Antonia F. Álvarez-Nava). Por cierto que si no hábeis leído 1280 almas, no sigais porque tiene spoilers.

El director de cine Stanley Kubrick escribió que la novela de Jim Thompson El asesino dentro de mí era posiblemente la historia más verosímil y escalofriante escrita en primera persona sobre una mente criminal que me he encontrado jamás. El novelista y crítico RV Cassill hablaba de Thompson como su favorito entre los autores originales. El asesino dentro de mí, decía Cassill, es exactamente lo que los franceses andaban buscando en los trabajos de Dashiell Hammett, Horace McCoy y Raymond Chandler. Ninguno de ellos ha escrito jamás un libro comparable a los de Thompson. Anthony Boucher, maestro del género del suspense, escribió en el New York Times: Jim Thompson debe ser clasificado en el más alto de los apartados. Les aconsejo sinceramente que no se pierdan ni uno de sus libros.
Son palabras tajantes de tres hombres que saben muy bien de qué están hablando. ¿Pero quién es Jim Thompson? ¿Por qué no han estado sus libros al alcance del público lector en general de los Estados Unidos durante más de diez años, y en algnos casos más de veinte o treinta? Un gran conocido en Francia, donde mchos de sus libros son claros best sellers en la Série Noire de Gallimard; las novelas de violenta, y a menudo despiadada y perversa pasión de Thompson se publicaron originalmente durante los años cuarenta y cincuenta en ediciones facsímil, por casas aún existentes como Lion, Pyramid y Regency.
Era el maestro de la forma, el autor de veintinueve novelas, de las cuales muchas se han llevado a la pantalla cinematográfica: La huida, dirigida por Sam peckinpah y portagonizada por Steve McQueen; Pop. 1280 dirigida por Bernard Tavernier y estrenada con el título Coup de Torchon; El asesino dentro de mí, dirigida por Burt Kennedy y protagonizada por Stacy Keach; y A Hell of a Woman, una de mis favoritas entre las novelas de Thompson, dirigida por Alain Corneau con el título de Série Noire.
James Myers Thompson nació en Ocklahoma en 1906. En la década de los treinta era director del Federal Writer's Project en ese mismo estado. Más tarde escribió para varios periódicos como The New York Daily News y Los Angeles Times Mirror, y algunas revistas como True Detective (a quién vendió su primera historia corta, a la edad de catorce años) y Saga, de la que fue durante un corto periodo de tiempo editor jefe. Thompson también trabajó en un oleoducto de Texas (representado en su novela Al sur del paraíso) arreglando tejados y fachadas, como actor burlesco y como jugador profesional. Escribió guiones para Stanley Kubrick (Atraco perfercto y Senderos de Gloria) y casi al final de su vida trabajó como actor en la película de Dick Richard Farewell, My Lovely, basada en una novela de Chandler del mismo título. En 1977, año de su muerte, ninguno de sus libros estaban editados en su país natal.
En las novelas de Thompson el mundo es un lugar inhóspito y corrupto: Doc McCoy en La huida, Lou Ford en El asesino dento de mí, Nick Corey en Pop.1280 y Roy Dillon en Los timadores son asesinos no arrepentidos; persobajes malvados y viciosos cuya única posesión es el más bizxarro sentido del humor de los anales de la ficción del crimen. El más ultrajante de ellos, Lou Ford, sheriff de un pueblo, se especializa en matar a la gente de aburrimiento antes de asesinar de verdad a un buen número de ellos. Su arma caractarística es el tedio verbal, clichés que repite una y otra vez mientras su víctima, terriblemente asustada de Ford para correr o replicar, grita para sus adentros.
Los franceses parecen apreciar más las novelas de terror de Thompson. Roman noir, literalmente novela negra, es un término especialmente reservado para novelistas como Thompson, Cornel Woolrich y David Goodis. Si embargo, solamente Thompson cumple ambas nociones francesas noir y maudit, nervante y autodestructivo. Se trata del cuadro profano que Thompson presenta. Como ha escrito el crítico británico Nick Kimberley Es un mundo sin Dios poblado por personas para las cuales el asesinato es un hecho fortuito.
El aspecto más intrigante de los trabajos de Thompson es que amenudo se muestra a sí mismo como algo más que un mero estilista. Es capaz de ser un escritor excelente y crear unos diálogos tan frescos y agudos como los de Hammett, o una prosa descriptiva tan convincente como la de Chandler. Pero de repente, sin más, nos encontramos ante dos o tres capítulos de prosa desechable, más propios de los facsímiles de la escuela de ficción Trash&Slash. Los protagonistas masculinos de Thompson son casi siempre esquizofrénicos, infectados por un comportamiento errárico, malditos por una impredecible fuerza maligna. Esta doble personalidad también se hace patente en la escritura misma, marcando a su autor de un modo tan reconocible como él marca a sus inseguros personajes.
Uno no puede por menos que alegrarse ahora de que Creative Arts Book Company ha empezado a editar las novelas de Thompson dentro de la serie Black Lizard Books; ya era hora de que se le reconociese debidamente en su propia lengua. Como Thompson testifica: Un hombre recorre una milla a gatas con el cerebro volado. Una mujer llama a la policía después de que le han disparado en el corazón. Cuelgan, envenenan y disparan a un hombre, y todavía continúa viviendo. Nadie ha escrito jamás libros como ésos.